Evidentemente, el lobby
sirve para algo
La
expresión del título alude a la “aplicación de las disposiciones legales contra
toda razón” y, en general, significa “condenado de antemano”. Nunca mejor
aplicada para el tema que nos ocupa.
Pues
bien, parece que en eso estamos con relación a los reembolsos en los puertos
patagónicos. Y no me digan que no me referí a esto hasta el cansancio. En diversas notas
como “Anticuerpos en marcha”, “En el Sur se unen…¿y nosotros?”, “Un silencio que asusta”, “Chau fruta…”, y otras.
En
reciente edición de La Nueva, el
periodista Adrián Luciani, que viene
siguiendo el asunto desde el principio, nos daba la noticia. La noticia es que “por
ahora, no habrá buenas noticias”.
Recordemos
que la posición que he defendido desde el Consorcio de Gestión del Puerto de
Bahía Blanca y, después, desde estas líneas, es que nos oponemos a los
reembolsos en los puertos patagónicos, por anticonstitucionales y porque (y es
lo que prohíbe la Constitución) son una ventaja entre puertos argentinos que
genera total inequidad. No es lo mismo que, si se quiere favorecer a las
economías regionales, se planteara un sistema de reembolsos o estímulos
dirigidos directamente a los productores que, siendo el más sacrificado y débil eslabón de la cadena, es el que más lo necesita.
Y
esto fue refrendado por una treintena de organizaciones y referentes, en la
Declaración de Bahía Blanca, firmada y dada a conocer en noviembre de 2015.
Por favor, si les interesa, lean esto porque me exime de
mayores comentarios:
Decía Damián Di Pace en El Punto de Equilibrio, en abril de
2015:
“La listita de las compras de “Doña María” dice que paga el
precio de 1 kg de durazno en góndola $ 30, pero al productor le pagan $ 2,70; 1
Kg de Pera pasa por línea de caja a $ 15, y le dan al productor $ 1,70; 1 Kg de
Naranja $ 8 en góndola y $ 0,30 recibe el productor; la manzana las coloca en
su bolsa de compra por $ 25 el kg y al productor le dan $ 1,30.
En estos últimos 13 años no se pudo resolver la
concentración económica y estructura de poder de dominio en la cadena de
distribución de oligopolios conformados en la oferta mayorista y minorista en
el territorio nacional. Las economías regionales se encuentran
estranguladas por condiciones de negociación leoninas que impiden que el sector
encuentre resquicios para agregar valor a sus productos y fortalecer su músculo
empresario a los efectos de responder a los cambios climáticos, estacionales y
cíclicos de la economía mundial con mayor margen de maniobra.
En el Alto Valle (Río Negro y Neuquén) se producen 1,6 millones de toneladas de manzanas y peras, y se distribuyen así:
800.000 Exportación
350.000 Mercado Interno
450.000 Industria
Argentina llegó a exportar a 60 países del mundo.
Los principales mercados actuales son Brasil, Rusia, Paraguay, Bolivia y
Colombia. Disminuyó la exportación a países de la Comunidad Económica Europea y
Estados Unidos.
La actividad genera unos U$S 1.000 millones de
divisas para Argentina. El Gobierno nacional recauda, a lo largo de toda su
cadena de valor, unos U$S 420 millones que surgen del 5 % de retención de IVA,
impuesto a las ganancias, impuesto al cheque, combustible, entre otros.
Hoy (2015) el productor está recibiendo entre $
1,10 y $ 1,30 por su fruta de buena calidad. La industria está pagando $ 0,10
por kilogramo para la pera y de $ 0,25 a $ 0,35 por kilogramo para la manzana.
La recolección de fruta del Alto Valle es una tarea
artesanal. No hay máquinas sino mano de obra intensiva. Cada 5 hectáreas un
trabajador tiene un costo del 60% al 65 % de la producción. Un trabajador rural
con antigüedad tiene un costo equivalente a 4,5 hectáreas. Por esto el 50 % de
la fruta que cae al suelo no se recoge. Dejamos en el suelo unas 400 mil toneladas.
Es decir, lo que consumimos los argentinos en el término del año”.
También
El Cronista publicó el 10 de setiembre de 2013:
“Otra
buena noticia de este año es el alto valor promedio conseguido por las dos
frutas en el exterior, que marcan un récord a nivel histórico. En el caso de
las manzanas, lograron un precio FOB de U$S 925 por tonelada exportada. La
cifra representa un 6% mayor a 2012, pero el doble que en 2005, cuando cotizaba
a U$S 464.
En
tanto, en el caso de las peras alcanzaron un promedio de U$S 916 por tonelada,
lo cual marca un 3,5% de suba frente al año pasado. Además, es un 86% más alto
al logrado en 2005, según datos del SENASA”.
Hoy,
el precio obtenido por los productores ronda los $ 2,50 por Kg. Este es el precio que dieron cuando se manifestaron regalando peras y manzanas en la Plaza de Mayo.
Y así lo publicó
Infobae el 22 de agosto de 2016:
Reembolso a los
productores
El
precio de exportación, desde 2005 (U$S 464/Tn), no ha parado de crecer y se han
obtenido precios superiores a los U$S 1.000/Tn, y hasta U$S 1.200/Tn.
Supongamos
que el precio FOB de exportación es U$S 900 la tonelada. Si el reembolso fuera
del 10% y se lo dieran al productor que acredita la entrega del producto con
destino exportación, agregaría a su rinde U$S 90 por tonelada, es decir, 9
centavos de dólar por kilo, es decir, alrededor de $ 1,40 por kilo que, sumados a los 2,50
recibidos iniciales, significarían una mejora del 56% para los productores.
Estarían cerca de los $ 4/kg, que es el costo de producción actual que
denuncian.
Si
los U$S 90 van a los exportadores en los puertos, los productores no reciben
nada.
Y
esta realidad no ha cambiado para nada hasta la actualidad.
Por
eso, la capacidad de lobby es
fundamental. Hay intereses encontrados y cada cual defiende los suyos. Pero
todo depende de la energía que se ponga en esa defensa.
Los
patagónicos se pusieron de inmediato “en pie de guerra” y movieron todas las
influencias que tenían a su alcance. Gobernadores, ministros, legisladores y
medios de comunicación hicieron causa común y se desplegaron rápidamente llegando,
inclusive, a la presidencia de la Nación.
No
alcanza con charlas o reuniones individuales con algún ministro, ni siquiera en
un “mano a mano” con la Gobernadora de la provincia. Debe ser una acción masiva
y conjunta de todos los legisladores provinciales, en especial, de los
distritos con puertos; de los intendentes; de los ministros de las áreas de
incumbencia; de las organizaciones empresarias y del trabajo; de las
autoridades portuarias de los puertos provinciales afectados; y, por supuesto,
de todos los medios de comunicación que adhieran a la causa.
Mal de muchos, consuelo
de tontos
En
otros países pasa lo mismo. Veamos México:
Conclusiones
Está
claro que no basta con esperar una decisión judicial. Recordemos que la
justicia rechazó la medida cautelar solicitada por el Consorcio de Gestión del
Puerto de Bahía Blanca, para frenar la aplicación de los reembolsos,
sentenciando que deberá esperarse la decisión sobre la cuestión de fondo, cual es
la inconstitucionalidad del Decreto de Necesidad y Urgencia dictado (“entre
gallos y medianoche”) por la ex presidente minutos antes de dejar su gobierno.
No
basta con expresiones solidarias ni que agraden a los oídos de los que las
escuchan. Si no se actúa con el más fuerte poder de lobby del que se disponga,
todos juntos representando los intereses de la provincia de Buenos Aires, la
inequidad no se corregirá.
Y
lo que es peor, los productores seguirán deambulando por soluciones a sus
economías quebradas y regalando frutas en las plazas o tirándola en las
acequias.
Estoy
convencido que tenemos razón, pero de esta manera, marchamos presos.
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