La denominación
Izquierda y Derecha para el pensamiento político
surgió por un hecho
fortuito
Las nociones de derecha y de izquierda conllevan,
implícitamente, una posición en política, y surgen durante los sucesos de 1789 en Francia,
para luego extenderse a gran parte de los sistemas políticos del mundo entero.
La evolución y las particularidades de esta bipolarización enfrentan, en
general, los valores de autoridad, identidad nacional, orden, seguridad,
tradición y conservadurismo por el lado de la derecha política, con los valores
de progreso, insubordinación y reformismo, por el lado de la
izquierda.
En cuanto a los valores de trabajo, libertad, mérito, igualdad
y justicia son, sin duda, más transversales, a pesar que el sentido que se
atribuye a estos términos puede variar según quien sea que los utiliza.
El
origen histórico de esta oposición debe buscarse en un hecho fortuito. Se debió
simplemente a la ubicación de los delegados en el recinto de la Asamblea
Nacional enmarcada en la Revolución Francesa, que se produjo entre el 17 de
junio y el 9 de julio de 1789, y que fue la transición entre los Estados
Generales y la Asamblea Nacional Constituyente.
Dos partidos se disputaron el poder en la Asamblea. Por un
lado los girondinos, un partido
moderado que propugnaba un derecho al sufragio no universal, del que excluía a
las clases no propietarias y que defendía la alianza con la nobleza para
establecer en Francia una monarquía parlamentaria. Y por el otro lado, los jacobinos que defendían un sufragio
universal que extendían a todos los miembros de la población y la instauración
de una república. Estos últimos tenían el apoyo de las clases más populares,
mientras que los girondinos eran apoyados por los burgueses, propietarios y
algunas capas de la nobleza.
En las deliberaciones de la Asamblea los girondinos se sentaban a la derecha del
presidente y los jacobinos a la izquierda.
Hoy, más de 200 años después, por la evolución del
pensamiento social en el mundo, con gran cantidad de variantes y complejidades,
o tal vez simplemente por la endeblez de términos acuñados con un sustento tan
liviano como una mera ubicación en las butacas de una asamblea, los conceptos de izquierda y derecha en
política están puestos en duda y algunos ya los califican de arcaicos.
Durante el siglo XIX, esta dicotomía derecha-izquierda se
extendió por Europa, y a
partir de 1830 también por América
del Sur, y un poco más tarde (fines del siglo XIX y siglo XX), también abarcó
los países descolonizados de África y Asia.
En Francia, la fractura u oposición entre derecha e izquierda
se acentuó durante el llamado período de la Restauración.
En efecto, allí estaban, de un lado y a la derecha, los
ultra-realistas, los contra-revolucionarios, y los que de una forma u otra
apoyaban la causa real, y del lado opuesto (izquierda), los liberales
(herederos principales de la Revolución
Francesa y del Imperio), defensores de las libertades individuales y del libre intercambio), así como
los partidarios de una Monarquía
Constitucional equilibrada. Al
medio y entre estos dos extremos, o sea al centro, se ubicaban los
constitucionalistas y los independientes.
Nótese aquí, que tal como ocurre en EEUU denominando “liberales”
a los demócratas por estar más a la "izquierda”, los liberales franceses eran la “izquierda” y sostenían las libertades
individuales y el libre intercambio.
Las culturas políticas británicas y estadounidenses igualmente fueron
influenciadas:
En Gran
Bretaña, la oposición original entre liberales y conservadores dieron
lugar al Partido Laborista y al Partido Conservador.
En Estados
Unidos, la bipolarización opone a Demócratas y Republicanos. En
el curso del siglo XX, el partido demócrata se transformó en defensor de las
minorías, mientras que el partido republicano se acercaba al electorado
tradicional y rural, de mayoría protestante.
Esta
bipolarización se tradujo así en diversos países:
En Francia,
oposición entre Republicanos y Socialistas.
En Estados
Unidos, oposición entre Republicanos y Demócratas.
En Gran
Bretaña, oposición entre Conservadores y Laboristas.
En Alemania,
oposición entre Democristianos y Socialdemócratas.
En Australia,
oposición entre Liberales y Laboristas.
En Bélgica,
oposición entre Liberales y Socialistas.
En Canadá,
oposición entre Conservadores y Liberales.
En España,
oposición entre el Partido Popular (PP) y Partido Socialista
Obrero Español (PSOE). En la actualidad han surgido otros partidos con
predicamento popular.
En Portugal,
oposición entre el Partido Social Demócrata y el Partido
Socialista.
En Suiza,
oposición entre la Unión Democrática del Centro y el Partido
Socialista Suizo.
En la
Argentina se lo dejo al lector, pero todos sabemos que el peronismo surgió como
Partido Laborista y produjo una gran atomización de la izquierda, no resuelta
por este sector hasta la actualidad.
Tanto dentro de las posiciones derechistas e izquierdistas
hay pluralidad de planteamientos que en muchas ocasiones están enfrentados
entre sí. Un rasgo que distancia mucho las posiciones, dentro de ambos
conceptos teóricos, es el lugar que juega la autoridad en lo público; en otras
palabras, tanto en la izquierda como en la derecha encontraremos posiciones
autoritarias, antiautoritarias y planteamientos intermedios.
Tal vez por eso sentirse “de derecha” o “de izquierda” ya no
sirva para definir el pensamiento de fondo que cada uno puede tener y, por lo
tanto, tal vez ya sea hora que abandonemos esta clasificación para ubicar la
forma de pensar de las personas en lo político.
Alguien dijo, irónicamente, “la izquierda y la derecha
unidas, jamás serán vencidas”.
Salvo que nos juntemos todos en una enorme sala y veamos de
qué lado se sienta cada uno.
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