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miércoles, 18 de octubre de 2017

Ser Ciudad-Puerto es mucho más que ser un puerto

Alegría y Reflexiones. Agregar a otros actores sumaría mucho más.

En esta entrega voy a compartir con ustedes la nota que me invitaron a escribir los responsables editoriales de la Revista Ciudad Puerto con motivo de su Edición Especial por el 24° aniversario del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca.


La revista es un emprendimiento local dedicado a la “Actividad Portuaria, Industrial, Cultural & Medio Ambiente”, cuyo Número 1 apareció en diciembre de 2012 y especialmente enfocado en la localidad de Ingeniero White y nuestro puerto.






Este es su contenido completo:

Un nuevo aniversario del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, el vigesimocuarto, me convoca una vez más a la alegría, por una parte, y a algunas reflexiones, por la otra.

Feliz cumpleaños a todo el Equipo que, día a día, contribuye a que se haya cumplido otro año de este modelo de gestión exitosa que ha hecho del Puerto de la Ciudad de Bahía Blanca uno de los más importantes de la Argentina y América Latina.

En mi mensaje del 22° aniversario pude agradecer a la enorme cantidad de personas que, desde 1992, contribuyeron en todas las etapas a crear, desarrollar, y sostener un sistema de administración portuaria que, por su eficacia, luego fue seguido por otros.

Hoy el puerto ha iniciado una nueva etapa, con nuevas improntas, con ese magnífico Equipo, que logrará nuevas realizaciones y progresos, y sosteniendo las buenas cosas que se lograron antes, a través de todos los que tuvimos el orgullo de participar. Y el sentimiento de pertenecer a una Ciudad-Puerto está más fuerte y arraigado que nunca.

En aquel momento decía: “¿Cómo desarrollar una visión sobre cómo será, para este puerto, el resto de su vida? Es más sencillo visualizar el futuro en el corto y hasta mediano plazo, porque el largo entra en el terreno de la visión profundamente estratégica, los sueños y las utopías”. “Las principales acciones de los administradores portuarios conducen a aumentar los volúmenes de carga, exportar más, mejorar la velocidad operativa, disminuir los costos; es decir, mejorar la competitividad en todos sus aspectos; pero, por otro lado, también sostenemos que de nada serviría continuar creciendo en las capacidades internas si la carga no llega mejor, más rápido y seguro a los puertos”.

Y todos estos aspectos propios de la operación portuaria tienen que servir no solamente para crecer y reinvertir en nuevas capacidades, generando más empleo, sino también, como un fin mayor, a contribuir al desarrollo de la ciudad que contiene al puerto, a su región y al país con programas de responsabilidad social que canalicen excedentes destinados a necesidades de la comunidad.

Un fin mayor: contribuir al desarrollo de la ciudad que contiene al puerto con programas de responsabilidad social que canalicen excedentes destinados a necesidades de la comunidad.


Imaginar el futuro

Vale la pena destacar, entonces, que en este vigesimocuarto año se haya decidido renovar su Plan Estratégico, a través de un trabajo que se ha denominado “Visión Portuaria Bahía Blanca 2040”. Esto de intentar prever el futuro de nuestra ciudad y su puerto, insertos en el país y el mundo, 23 años para adelante resulta, a todas luces, loable porque representa un símbolo de algo que se ha hecho poco en la Argentina, cual es trazar planes y gestionar acciones para el largo plazo.

Un plazo que excede los tiempos naturales de los dirigentes que los imaginan y ponen en marcha. Por eso tiene mucho valor, porque parte de la base de reconocer, con humildad, que los resultados finales tal vez no los lleguemos a ver o lo haremos desde otro lugar.


Siempre se trata de crecer sobre lo construido y crear con nuevas ideas y nuevos logros. Así intenté hacerlo yo respecto de las gestiones precedentes y espero que también lo harán los que vengan en el futuro. La historia no comienza con nosotros y, por supuesto, mucho menos termina con nosotros: “Los éxitos, en estos casos, no son competitivos, son nuevos aportes que se suman a otros éxitos, y así se gesta una trayectoria exitosa”.

Claro que 23 años hacia el futuro es mucho tiempo, casi otro tanto como los que ya ha vivido el Consorcio. Sobre todo en una época donde se están trastocando muchos paradigmas, donde los vertiginosos cambios tecnológicos, del conocimiento y de otra índole vienen modificando la forma de pensar y hacer a una velocidad a la que resulta muy esforzado adaptarse.

Seguramente un plan de este tipo requerirá dividirlo en etapas más cortas (quinquenios, por ejemplo) para adaptarlo y corregirlo sobre la base de cuestiones que ni siquiera sabemos que van a suceder.

¿Cómo serán, en 10 o 20 años, la logística y la tecnología aplicada a la misma? Con el crecimiento de la generación de energía a través de fuentes renovables, ¿qué pasará con la buena parte del transporte marítimo dedicado a movilizar combustibles fósiles? ¿Cómo habrá que adaptar el compromiso social de esta organización a otro tipo de demandas requeridas por el compromiso Ciudad-Puerto? Se podrían plantear decenas de preguntas como éstas y, obviamente, intentar contestarlas es la tarea de un plan a largo plazo como éste. Y así, las revisiones y modificaciones a nuevas realidades serán inevitables.

Ya en 2012 lo tuve claro y bauticé a nuestro puerto de Bahía Blanca como un “Gigante Portuario”Como ya he expresado en otras ocasiones el Gigante está intacto y mirando al futuro con vocación y ambición de ser cada vez más grande e importante, contribuyendo al comercio exterior de la Nación, a dar empleo a mucha gente, y a ser un motor de crecimiento y desarrollo de la ciudad que lo contiene. Es un modelo probado y efectivo de gestión portuaria y hacemos votos para que continúe siempre de esta manera.


Solidaridad portuaria y compromiso social

Al principio de esta nota comenté que, además de la alegre celebración, quería aprovechar la ocasión para hacer algunas reflexiones.

No muchos saben que, desde su creación, el Consorcio estuvo exento, por ley provincial, del impuesto a los ingresos brutos por tratarse de una entidad sin fines de lucro y contribuyendo a la competitividad de los costos portuarios. Pero esto cambió cuando la Provincia eliminó la exención y le reclamó el pago de este impuesto regresivo, desde 2010 hasta el presente y con la mayor alícuota del 5%. (Nótese que este impuesto está siendo objetado actualmente, en el marco de una reforma tributaria integral que buscará gradualmente su eliminación).

Aquí quiero respaldar el contenido del proyecto de Ley de Puertos Bonaerenses que considera volver a la situación anterior eliminando el pago de ingresos brutos, pero cambiarlo por una contribución del mismo orden (5% de los ingresos) a la creación de un Fondo Compensador Portuario provincial que permita a la autoridad portuaria de la provincia destinar recursos hacia puertos que necesitan inversiones y cuya capacidad propia no es suficiente para financiarlas. De este modo, puertos como el nuestro podrán colaborar con otros puertos de la provincia tratándolos a todos como un Sistema Portuario Integrado.

En otro orden, los que han tenido la oportunidad de examinar o consultar el Plan Estratégico hacia el 2040 habrán notado que contiene, como es común en este tipo de planificaciones, un análisis F.O.D.A. (Fortalezas-Oportunidades-Debilidades-Amenazas).

Las Fortalezas y Oportunidades son muchas y han sido ampliamente analizadas. Son todas las que marcan un promisorio porvenir para nuestro puerto mientras su gestión siga por el buen camino. Las Debilidades y Amenazas son, en general, de carácter operativo como ser los deficientes accesos viales y ferroviarios, las descargas cloacales y su impacto medio ambiental, la escasez de agua de uso industrial, la falta de tierras para expansiones y otras.

Pero quiero detenerme en dos temas en particular: del lado de las Debilidades, el “desequilibrio del desarrollo con la comunidad de Ingeniero White”; y del lado de las Amenazas, la “falta de alineación de las organizaciones sindicales con los objetivos del complejo portuario-industrial en materia de competitividad y eficiencia”.

Con respecto a lo primero, siempre reconoceré que, durante mi gestión, con todo el apoyo del Equipo consorcial, uno de los logros sobresalientes fue la instalación definitiva del Programa Ciudad-Puerto y la construcción de infraestructura portuaria recreativa como una inversión primigenia y necesaria para atraer a la población a su mar y su puerto.

Sus dos primeros exponentes fueron el Balcón al Mar y el Paseo Portuario a lo largo del muelle Ministro Carranza. Para su completamiento, acaba de anunciarse la tercera etapa cual es la puesta en valor del ingreso por la Av. Mario Guido, desde el ingreso por Guillermo Torres hasta la plazoleta. Así el sector de paseos internos quedará totalmente integrado.

Pero la “debilidad” aludida se refiere a lo que ocurre puertas afuera del puerto, esto es la situación de su hermano gemelo de nacimiento, Ingeniero White. La localidad necesita ayuda para mejorar su aspecto y condición. Los particulares, por no poder o no querer, casi ni invierten en ella y el “pueblo” que nació junto con el puerto está casi como detenido en el tiempo.


La Fundación que no dejaron ser

Este era uno de los objetivos primordiales que pensamos al crear en 2015 la “Fundación para el Desarrollo Sostenible de la Ciudad Puerto de Bahía Blanca”. Las razones por las que la iniciativa no se puso en marcha por parte de las actuales autoridades quedan para otro análisis (*), pero se trataba de crear una herramienta que sumara las contribuciones que puede hacer el propio Consorcio a otras, públicas y privadas, que multiplicara la masa crítica de recursos a aplicar a estos fines sociales.

Escritura de constitución de la Fundación 09-10-2015

Acta de aprobación por unanimidad de la Fundación


(*) Al estilo de la muy exitosa Fundación Valencia Port (España), los objetivos y posibilidades de esta herramienta son muy buenos. Aún sin mi presencia, como mentor del proyecto, las actuales autoridades (que la conducirían) debieran explicar mejor por qué decidieron no llevarla adelante, a pesar que su creación fue aprobada por unanimidad del Directorio en setiembre de 2015 y la mayoría de los directores siguen perteneciendo al mismo.

Resolución de aprobación de la Fundación de la Dirección de Personas Jurídicas P.B.A.

Matrícula de inscripción de la Fundación N° 43397

El Consorcio acaba de anunciar que invertirá en el orden del millón de dólares anuales para estos fines. Sin duda se trata de un aporte importante, pero no suficiente. Con el mecanismo aquí descrito se podría triplicar o cuadruplicar la inversión y lograr un impacto mucho más rápido y potente. Ingeniero White y la ciudad se lo merecen. Eso es, esencialmente, ser una Ciudad-Puerto.

Sumando los aportes del Consorcio a otros, públicos y privados, se podría triplicar o cuadruplicar la inversión en el Programa Ciudad-Puerto.

¿Desalineación sindical?

Con relación a lo planteado como una “amenaza”, enunciada como “falta de alineación de las organizaciones sindicales con los objetivos del complejo portuario-industrial en materia de competitividad y eficiencia”, debiera explicitarse mejor a qué se refiere.

Los diversos sindicatos que operan en el puerto ¿Están en contra del progreso de su fuente de empleo? ¿Realmente quieren que el puerto sea menos competitivo y eficiente? En verdad, no lo creo. Sería como “escupir para arriba”.

¿No habrá faltado un diálogo más profundo con este sector? Cuando se mencionan, en la Visión Portuaria 2040, los actores que “acompañan esta visión” abundan mayoritariamente instituciones y organismos públicos y privados y empresas. En una línea se menciona a la Intersindical Portuaria, pero luego se plantea como una amenaza su falta de alineación.

Esto no es sustentable si no se corrige. No hay modo de llevar adelante un plan de tan largo aliento si todos los actores no están alineados en la misma visión. Y el sector del trabajo es un actor sustancial porque es el motor que realiza las acciones y metas que se proponen.

Conclusión

Se dice que las personas nacemos, crecemos, nos desarrollamos y morimos. Espero que instituciones como el Consorcio en particular y el Puerto de Bahía Blanca, en general, hagan todo lo primero, pero nunca lo último. El destino es perdurar en el tiempo y más allá de las personas, aunque todas estas hayan dejado, en su paso, su capacidad, sus ideas, sus logros, que se van sumando a lo largo de los años y durarán para siempre.

Mis mejores deseos a todos los que siguen haciendo del Puerto de Bahía Blanca una gran organización. Lo que no está bien puede corregirse, si es que hay vocación de hacerlo. 

En mi caso, desde todo lugar, seguiré trabajando por su Éxito.





Ex Presidente del Consorcio 2012-2016







viernes, 21 de julio de 2017

Lo que está bien, está bien. Pero lo que no…no.

Las normas están para cumplirlas y si no gustan, cambiarlas.

Una reflexión sobre la incorporación de personal en el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca.

Como todos mis lectores y seguidores del Blog saben, el éxito del puerto de Bahía Blanca y de su Consorcio de Gestión (CGPBB) serán siempre mi norte,  mi aspiración, mi afán y la orientación de fondo de mis comentarios. Y, como dije alguna vez, será así desde cualquier lugar en el que me encuentre.

El puerto, en Bahía Blanca, es uno de los principales instrumentos desde donde, con su evolución económica y operativa, se puede contribuir al desarrollo de Ingeniero White (su hermano de nacimiento), la ciudad que los contiene a ambos y del país en su conjunto.

Pero eso no significa que siga todas sus decisiones con beneplácito condescendiente. Por el contrario, para poder cumplir con ese objetivo desde mi punto de vista, lo que está bien, está bien, pero lo que no…no.

Y seguro que en la gestión, aunque por autoestima me asigne algunos aciertos, yo habré cometido mis errores también.

El caso particular que me anima en esta ocasión tiene que ver con su sistema de contratación de personal y, en particular, con la reciente designación de un gerente comercial, figura que no existía en su organigrama hasta ahora.

Siempre nos hemos llenado la boca (distintas gestiones, entre las que me incluyo) sobre que, en muy buena medida, el éxito de nuestro puerto se debe al nivel profesional de sus cuadros. Profesionalismo conseguido por la experiencia de años de muchos de sus integrantes y por miles de horas de capacitación en las que el Consorcio invirtió financiando su participación en cursos, talleres, seminarios y congresos, tanto en el país como en el exterior. Yo mismo los denomino “El Equipo”, con mayúsculas.

El Equipo
Si bien a los que dirigen (o dirigieron) les toca decidir e indicar la visión y el rumbo, la planta profesional y sus colaboradores son el motor que lleva adelante todas las acciones operativas que se les ha marcado. Y no hay duda que, después de casi 24 años, lo han hecho bien. Sin estar exentos del error humano, como nos pasa a todos.

El Equipo del nuevo Plan Estratégico
No está mal, si resulta indefectiblemente necesario, recurrir a recursos humanos externos. Pero no sin antes haber agotado la instancia de promover el escalafonamiento de eventuales profesionales capacitados dentro de la organización, y respetando las normas, procedimientos y reglamentación vigentes, las que han sido producto de mucho debate y maduración, aprobadas en su momento y vigentes en la actualidad.

Trabajo largo y debatido

En el año 2012, y buscando perseguir los nuevos paradigmas en materia de recursos humanos, se decidió contratar a una consultora para poner en marcha un proceso que denominamos “Proyectando una nueva Cultura Laboral”, tendiente a realizar primero un diagnóstico y evaluación que identificara creencias y símbolos de la cultura existente dentro del ámbito laboral del Consorcio.

El objetivo era, después de analizar la estructura organizativa de la institución, crear un sistema de valorización de puestos de trabajo y de evaluación de desempeño, en la búsqueda de escalas salariales acordes a responsabilidad, pero también con la consigna de identificar comportamientos y compromisos persiguiendo el fin principal, cual es la eficacia de la organización en un marco de armonía y justicia con los componentes de la planta.

Ese objetivo, entre otras cosas, decía: “Generar símbolos que representen mensajes de cambio. Desarrollar tareas de sensibilización de los equipos que integran la nómina de personal y de la Dirección de la institución”.

Este es el informe sobre la composición del personal del CGPBB en enero de 2012, clasificados por Generación, Experiencia Portuaria, Educación y Profesión:

Informe Estadístico sobre Personal del Consorcio

El plantel del Consorcio está compuesto actualmente por 58 empleados, 46 de ellos son hombres y 12 son mujeres. Su promedio de edad es de 47 años y un promedio de 18 años trabajados.

Además podemos indicar que confluyen 4  generaciones diferentes, con casi la mitad de sus empleados con más de 25 años de experiencia portuaria. Con respectos al nivel educativo el 40% del personal es profesional, un 20% con nivel terciario, un 25% secundario y un 15% posee secundario incompleto y primario. Con respecto a las jerarquías observamos que los mandos medios ocupan un 40% de la planta.

Generaciones
  • Generación tradicional (mayor de 58 años): 12 empleados.
  • Generación entre 57 y 44 años: 25 empleados.
  • Generación entre 43 y 26 años: 19 empleados.
  • Generación entre 25 y 18 años: 2 empleados.


Experiencia Portuaria
  • Personal con más de 25 años de antigüedad: 27 empleados.
  • Personal entre 18 y 9 años de antigüedad: 15 empleados.
  • Personal con menos de 9 años de antigüedad: 16 empleados.


Educación y Profesión
  • Personal con educación primaria: 4 empleados.
  • Personal con educación secundaria incompleta: 5 empleados.
  • Personal con educación secundaria completa: 14 empleados.
  • Personal con educación terciaria: 12 empleados.
  • Personal con graduación universitaria: 23 empleados.


El trabajo fue mucho más largo que lo esperado. Como imaginarán se pusieron en marcha todos los mecanismos humanos y naturales de “La resistencia al cambio”.

Pero, finalmente en 2015, después de decenas de horas de reuniones y debates, se encontraron los consensos necesarios para que el trabajo prosperara, con el acuerdo y apoyo de los gremios a los que responde el personal del Consorcio, es decir, la Unión Ferroviaria y la A.P.D.F.A. (Asociación del Personal de Dirección de los Ferrocarriles y Puertos Argentinos).

Por supuesto, todo esto desembocaría en la definición de un nuevo Organigrama para el CGPBB.

El resultado

Precisamente, sobre mediados de 2015, los sistemas de Valorización de Puestos de Trabajo y de Evaluación de Desempeño se encontraban expeditos y comenzaron los cambios para implementarlos.

Dentro de este nuevo formato y concepción, se definió (insisto que ocurrió con acuerdo de todas las partes) la metodología para la incorporación de personal, que desembocó en que el Directorio aprobara el dictado, a través de la Secretaría General, de la norma de Procedimiento General 0029 (PG SGC 0029) para la Incorporación de Personal.

Todo esto dentro de lo que se denomina “Sistema de Gestión de la Calidad”, porque quiero indicar (o recordar) aquí que el CGPBB ha sometido y calificado sus procedimientos dentro de las normas ISO 9000 e ISO 9001, en particular su Manual de Calidad y el sistema que aquí se menciona.

Va de suyo que la metodología garantiza que se propenda a la mejor selección posible, con transparencia e igualdad de oportunidades para todos los postulantes.

Dejo aquí el enlace para que, a quien le interese, pueda consultar el documento con el Procedimiento PG SCG 0029 emitido el 13 de mayo de 2015.


Lo que creo que no está bien

Vamos, entonces, al punto que me motivó a escribir esta nota, cual es la reciente designación de un Gerente Comercial en el CGPBB la que, según la información de la que dispongo, fue realizada en forma directa en favor de una persona externa a la organización y, por supuesto, sin seguir el procedimiento que he citado.

Podríamos discutir, paralelamente, ¿por qué la necesidad de crear un cargo que no existía? Podríamos preguntarnos ¿por qué el CGPBB no tuvo antes un Gerente Comercial en casi 24 años de existencia? ¿Seguro habría alguna razón o estábamos todos distraídos? El puerto está casi totalmente concesionado a terminales privadas y la labor comercial (conquista de cargas y negocios) recae principalmente en éstas.

Aunque eso no significa que no se pueda ayudar desde la administración portuaria. Por supuesto que se puede y se debe, por el bien del puerto y su competitividad. Pero esa es una evaluación que puede tratarse por separado y en otro momento.

No estoy aquí juzgando o emitiendo opinión sobre la posible idoneidad del personal interno para cubrir el puesto de referencia, ni sobre la del elegido, pero digo que no se ha cumplido con el procedimiento para su cobertura en función de la norma vigente. Y las normas, están para cumplirlas (nos gusten o no en un momento determinado), más aún cuando han sido producto de un laborioso consenso de todas las partes involucradas.

Como dice el dicho: “No se puede borrar con el codo lo que se ha escrito con la mano”, sobre todo cuando lo que se ha escrito ha costado tanto esfuerzo para que todos estuvieran de acuerdo

Si las normas no nos gustan, lo que hay que hacer es cambiarlas, pero no violentarlas.

Conclusiones

El puerto y su Consorcio de Gestión, en términos generales y con los resultados obtenidos a lo largo de casi 24 años, ha demostrado ser un modelo de gestión exitosa.

Ha tenido la sabiduría de sostener un sistema que lo ha hecho crecer hasta convertirse en lo que a mí me gusta considerar como un Gigante Portuario, dentro de las escalas de la Argentina.

Todos los presidentes y directores a los que nos ha tocado participar en esa trayectoria hemos mantenido, por encima de cada impronta, una visión compartida que significó y produjo una línea de crecimiento permanente y bastante a salvo de crisis externas de impacto general.

Por eso reivindico que uno de sus grandes aciertos ha sido apegarse a normas de procedimiento largamente debatidas, pero que una vez aceptadas y sancionadas son respetadas por todos los actores. Hasta que una mejor necesidad o perspectiva demande actualizarlas, siempre consensuadas porque tal acuerdo es la mejor garantía de un comportamiento comprometido.

Ojalá que en el tema que hoy me ocupó, este criterio prevalezca.













martes, 31 de enero de 2017

Divulgación. Hoy: Puertos y Paseos Portuarios 7

El Puerto de Long Beach. También llamado el “Puerto Verde”.

En esta entrega de Divulgación sobre Puertos y Paseos Portuarios mostraré el caso de este puerto de la costa oeste de Estados Unidos, siempre bajo la expectativa que estos modelos no sólo puedan verse a título informativo, sino que sirvan de inspiración o referencia para implementar buenas prácticas en los puertos argentinos y, en especial, en nuestro Puerto de Bahía Blanca.

Con el mismo criterio que me llevó a bautizar a nuestro puerto bahiense como un “Gigante Portuario” para la Argentina, podría decir que Long Beach es uno de los “colosos” mundiales, especialmente en el tráfico de contenedores.

Acerca del Puerto

Long Beach mueve unos 7 millones de contenedores
El Puerto de Long Beach es uno de los principales puertos marítimos de los EE. UU. y un pionero en el movimiento de mercancías y responsabilidad medioambiental.

En Long Beach, se realizan operaciones comerciales por un valor superior a los 180 mil millones de dólares, lo que lo transforma en el segundo puerto marítimo de mayor actividad de los Estados Unidos (el primero es el de Los Ángeles y su vecino próximo). Tiene 80 muelles y dispone de unas 70 grúas pórtico post panamax.

Todo tipo de mercancías, desde prendas de vestir hasta zapatos y juguetes, muebles y artículos de electrónica para el consumidor arriban al puerto antes de llegar a las estanterías de las tiendas de todo el país. Las terminales especializadas también mueven petróleo, automóviles, cemento, madera, hierro y otros productos.

Siendo una fuerza económica importante, el Puerto brinda más de 30.000 puestos de trabajo en Long Beach, 316.000 puestos en todo el sur de California y 1.4 millones en los Estados Unidos. Genera aproximadamente 16 mil millones de dólares en salarios,  relacionados con el comercio, por año en todo el estado.

Con una Política de Puerto Verde, que guía los esfuerzos para minimizar o eliminar el impacto ambiental negativo, el Puerto es un catalizador para programas ambientales innovadores. Sirviendo de modelo para los puertos de todo el mundo, el Puerto de Long Beach ha sido pionero en la implementación de programas tales como el Programa "Bandera Verde" de calidad del aire basado en la reducción de la velocidad de los navíos, los contratos de arrendamiento ecológico con cláusulas medioambientales y el Plan de Acción para un Aire Limpio de los Puertos de la Bahía de San Pedro.

Además, el Puerto está trabajando dinámicamente para suministrar alimentación eléctrica en tierra a sus terminales de contenedores. La alimentación eléctrica en tierra permite a los buques atracados conectarse a la red pública eléctrica basada en tierra, en lugar de quemar combustible diésel para operar sus máquinas auxiliares y producir contaminación. Al menos un amarradero en cada terminal de contenedores cuenta con alimentación eléctrica en tierra. Antes de 2020, todos los amarraderos para contenedores tendrán alimentación eléctrica en tierra.

Museo del "Queen Mary" en Long Beach
Con estas audaces iniciativas, el Puerto está dedicado a mejorar la calidad del aire de una manera más rápida y dinámica que ningún puerto marítimo haya intentado anteriormente, en ningún lugar del mundo.

Por éstas y otras razones, el Puerto es reconocido internacionalmente como uno de los mejores puertos marítimos a nivel mundial y, localmente, como un socio dedicado a contribuir al desarrollo de la comunidad.


Un pilar de la comunidad

Paseo y Marina deportiva en Long Beach
“GreenPort”, un portal dedicado a difundir iniciativas destinadas a “equilibrar los problemas ambientales con las demandas económicas”, acaba de referirse al ejemplo del Puerto de Long Beach en una nota titulada “Un pilar de la comunidad”, que comparto con mis lectores:

“A partir de la enorme actividad del complejo portuario de la Bahía de San Pedro, la escuela secundaria Long Beach St. Anthony High School veía, a menudo, hollín de diesel en los marcos de sus ventanas y pisos”, explica Karen Batas Meeks, en nombre del puerto de Long Beach.

“El aire sucio era tan frecuente que los estudiantes iban regularmente a casa temprano de la escuela debido a que estaban teniendo problemas para respirar”, dijo Kelly Jondle, gerente de las instalaciones de la escuela.

Así que cuando el puerto de Long Beach comenzó a ofrecer subvenciones a la comunidad para combatir problemas de calidad del aire local hace más de cinco años, las autoridades escolares vieron la oportunidad de mejorar el medio ambiente de sus estudiantes y profesores y una financiación suficiente, a través de la subvención, para instalar filtros de aire en todas las aulas de la escuela secundaria y oficinas de administración.

“El impacto fue inmediato”, dijo Jondle. “Nos dimos cuenta enseguida de la desaceleración y detención del uso de medicación por parte de los niños que tienen que salir de su asma". "Una vez que instalamos los filtros de aire y realmente empezamos a trabajar, se hizo una diferencia en el aula."

Debate de los programas hacia la comunidad
Desde entonces, la escuela ha recibido cerca de U$S 1 millón en subvenciones del Puerto de Long Beach para varios proyectos, incluyendo la instalación de dispositivos de limpieza de aire, nuevas ventanas de doble cristal para mantener el polvo y reducir el ruido de la calle y docenas de paneles solares de techo para ayudar a reducir el consumo de energía hasta en un 66%.

“Sólo el ahorro de energía permitió ahorrar para la compra de unidades de aire acondicionado y calefacción para las aulas. Es un ambiente mucho más cómodo para el personal y los estudiantes", dijo Jondle.

Esfuerzo hacia la comunidad

Pronto la comunidad van a ver aún más mejoras a los vecindarios de Long Beach en la próxima década, a partir de este año.

La Junta de Comisionados del Puerto de Long Beach (similar a los Directorios de nuestros Consorcios de Gestión) aprobó, en julio de 2016, los planes para un programa que distribuya el U$S 46,4 millones en donaciones durante los próximos 12 a 15 años, un movimiento que casi triplica su compromiso con el Programa de Becas existente, que es de U$S 17,4 millones.

Es la mayor cantidad de dinero que un puerto marítimo de Estados Unidos ha dedicado voluntariamente a la mitigación de la contaminación relacionada con los puertos.

Las subvenciones, que provendrán de los fondos de operación del puerto, están dirigidas a proyectos que se enmarcan en tres categorías: salud, mejoras en las instalaciones y la infraestructura comunitaria.



Vista aérea del Puerto de Long Beach

 La cantidad del aporte fue determinada por un Estudio de Impacto Comunitario, establecido obligatoriamente por el estado, que demanda a los Comisionados del Puerto y su personal a ponerse a examinar juntos el impacto total del puerto de Long Beach en el aire, el ruido, el tráfico y la calidad del agua.

(He aquí una contribución importante para nuestra futura Ley de Puertos bonaerense).

Seguimiento de los programas comunitarios
Después que el proyecto fue lanzado en abril, miembros de la comunidad intervinieron en el plan, e hicieron sus presentaciones en las semanas que siguieron. El puerto también organizó una serie de talleres abiertos al público el pasado otoño para ayudar a identificar las prioridades para la asignación de dinero para diversos proyectos identificados en el estudio. En el taller, la comunidad dio prioridad a proyectos de salud y de filtración de aire en el corto plazo.

"Queríamos continuar y ampliar este gran programa que ha tenido un impacto real, significativo y duradero en el futuro", dijo la presidente de los Comisionados del Puerto de Long Beach, Lori Ann Guzmán. "Como miembros de la Comisión, todos vivimos en esta ciudad. Nos hace sentir mucho más fuertes si el puerto puede ser una influencia positiva, no sólo en un sentido económico sino en ayudar a construir una comunidad más saludable".

Esta última suma de U$S 46.400.000 se suma a los U$S 17,4 millones de dólares en subvenciones de mitigación y becas a la comunidad propuestas por el Puerto de Long Beach desde 2009. Más de 280.000 personas se han beneficiado de los programas de subsidios, financiados con fondos procedentes de dos proyectos más grandes del puerto, la sustitución del puente Gerald Desmond y la remodelación del terminal de Middle Harbor.

La salvaguarda de la salud

Entre los destinatarios anteriores se han incluido el Long Beach Centro Integral de Salud, que utilizó unos U$S 660.000 para abrir un nuevo laboratorio cardiopulmonar; el Poly High School, al que le asignaron U$S 546.000 para filtros de aire; y el St. Mary Medical Center, que recibió una donación de U$S 835.000 en un Breathe Easy Care Clinic móvil que visita varios lugares para ofrecer pruebas cardiopulmonares y proyecciones respiratorias.

Las becas están dirigidas a la mejora de las comunidades más afectadas por las operaciones en el puerto de Long Beach, que es el segundo más activo en los EE.UU., con más de U$S 180 mil millones del valor de las mercancías que circulan a través de sus muelles.

"Así que nuestro riesgo de síntomas agudos de asma se han hecho frecuentes en Long Beach y es elevado debido a nuestra proximidad a los dos principales puertos de embarque, refinerías de petróleo, depósitos de trenes, las carreteras principales y la contaminación del aire en sí," expresaron. "Sabemos que hay una necesidad."

La plantación de árboles

Proyecto de bosque urbano
Otro beneficiario de la subvención fue el programa de plantación de árboles de la ciudad. En 2013, la concesión ayudó a lanzar "I Dig Long Beach" (algo así como "yo cavo en Long Beach"), un proyecto de bosque urbano agresivo para plantar 6.000 árboles para 2020.

Desde que se recibió una donación de U$S 675.000 desde el puerto, más de 2.700 árboles tolerantes a la sequía (los árboles de carbono) se han plantado hasta ahora.

“El programa ha permitido a la gente de todo Long Beach aumentar y cuidar de cientos de árboles en la ciudad, especialmente a través de los jóvenes”, dijo Margaret Madden, oficial de mejoramiento de barrios de la ciudad.

"Realmente ha sido una herramienta para fomentar un sentido de orgullo de la comunidad a través de la ciudad", dijo Madden. "Realmente ha sido una gran ayuda."

Subvenciones

A finales de diciembre, el Alcalde Robert García nombró a cinco personas para formar parte de un comité consultivo que revisará las solicitudes para la última ronda de proyectos financiados con donaciones y aportar información al personal del puerto, que luego haría las recomendaciones a los Comisionados del Puerto.

Se espera que los funcionarios del puerto puedan considerar las directrices para el programa de becas para el primer trimestre de este año y comiencen a solicitar propuestas poco después.

"Esto demuestra que un puerto puede ser un gran ciudadano corporativo y un gran vecino".

Conclusión

Como puede verse claramente, estos ejemplos forman parte de lo que he estado planteando, y que considero una sugerencia importante, respecto de la necesidad de una nueva ola de reformas portuarias y una legislación que implemente una duradera política de estado centrando a los puertos en el interés público.

Acciones como éstas eran las que estaban concebidas como parte de los objetivos de la “Fundación para el Desarrollo Sostenible de la Ciudad Puerto de Bahía Blanca”, creada en 2015 dentro del ámbito del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, encuadradas en sus programas de responsabilidad social. Por ahora, no pudo ser.

Como dije en mi nota anterior:

Los puertos deben proporcionar valor a las ciudades, a las empresas locales y a los ciudadanos.

Es tiempo que se proporcione a los puertos un mandato que vaya más allá de las expectativas directas que se han puesto sobre ellos y que se les otorguen las herramientas necesarias para trabajar en el mucho mayor impacto social del que son responsables.

Como otro aporte, también espero que sirva.