viernes, 21 de julio de 2017

Lo que está bien, está bien. Pero lo que no…no.

Las normas están para cumplirlas y si no gustan, cambiarlas.

Una reflexión sobre la incorporación de personal en el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca.

Como todos mis lectores y seguidores del Blog saben, el éxito del puerto de Bahía Blanca y de su Consorcio de Gestión (CGPBB) serán siempre mi norte,  mi aspiración, mi afán y la orientación de fondo de mis comentarios. Y, como dije alguna vez, será así desde cualquier lugar en el que me encuentre.

El puerto, en Bahía Blanca, es uno de los principales instrumentos desde donde, con su evolución económica y operativa, se puede contribuir al desarrollo de Ingeniero White (su hermano de nacimiento), la ciudad que los contiene a ambos y del país en su conjunto.

Pero eso no significa que siga todas sus decisiones con beneplácito condescendiente. Por el contrario, para poder cumplir con ese objetivo desde mi punto de vista, lo que está bien, está bien, pero lo que no…no.

Y seguro que en la gestión, aunque por autoestima me asigne algunos aciertos, yo habré cometido mis errores también.

El caso particular que me anima en esta ocasión tiene que ver con su sistema de contratación de personal y, en particular, con la reciente designación de un gerente comercial, figura que no existía en su organigrama hasta ahora.

Siempre nos hemos llenado la boca (distintas gestiones, entre las que me incluyo) sobre que, en muy buena medida, el éxito de nuestro puerto se debe al nivel profesional de sus cuadros. Profesionalismo conseguido por la experiencia de años de muchos de sus integrantes y por miles de horas de capacitación en las que el Consorcio invirtió financiando su participación en cursos, talleres, seminarios y congresos, tanto en el país como en el exterior. Yo mismo los denomino “El Equipo”, con mayúsculas.

El Equipo
Si bien a los que dirigen (o dirigieron) les toca decidir e indicar la visión y el rumbo, la planta profesional y sus colaboradores son el motor que lleva adelante todas las acciones operativas que se les ha marcado. Y no hay duda que, después de casi 24 años, lo han hecho bien. Sin estar exentos del error humano, como nos pasa a todos.

El Equipo del nuevo Plan Estratégico
No está mal, si resulta indefectiblemente necesario, recurrir a recursos humanos externos. Pero no sin antes haber agotado la instancia de promover el escalafonamiento de eventuales profesionales capacitados dentro de la organización, y respetando las normas, procedimientos y reglamentación vigentes, las que han sido producto de mucho debate y maduración, aprobadas en su momento y vigentes en la actualidad.

Trabajo largo y debatido

En el año 2012, y buscando perseguir los nuevos paradigmas en materia de recursos humanos, se decidió contratar a una consultora para poner en marcha un proceso que denominamos “Proyectando una nueva Cultura Laboral”, tendiente a realizar primero un diagnóstico y evaluación que identificara creencias y símbolos de la cultura existente dentro del ámbito laboral del Consorcio.

El objetivo era, después de analizar la estructura organizativa de la institución, crear un sistema de valorización de puestos de trabajo y de evaluación de desempeño, en la búsqueda de escalas salariales acordes a responsabilidad, pero también con la consigna de identificar comportamientos y compromisos persiguiendo el fin principal, cual es la eficacia de la organización en un marco de armonía y justicia con los componentes de la planta.

Ese objetivo, entre otras cosas, decía: “Generar símbolos que representen mensajes de cambio. Desarrollar tareas de sensibilización de los equipos que integran la nómina de personal y de la Dirección de la institución”.

Este es el informe sobre la composición del personal del CGPBB en enero de 2012, clasificados por Generación, Experiencia Portuaria, Educación y Profesión:

Informe Estadístico sobre Personal del Consorcio

El plantel del Consorcio está compuesto actualmente por 58 empleados, 46 de ellos son hombres y 12 son mujeres. Su promedio de edad es de 47 años y un promedio de 18 años trabajados.

Además podemos indicar que confluyen 4  generaciones diferentes, con casi la mitad de sus empleados con más de 25 años de experiencia portuaria. Con respectos al nivel educativo el 40% del personal es profesional, un 20% con nivel terciario, un 25% secundario y un 15% posee secundario incompleto y primario. Con respecto a las jerarquías observamos que los mandos medios ocupan un 40% de la planta.

Generaciones
  • Generación tradicional (mayor de 58 años): 12 empleados.
  • Generación entre 57 y 44 años: 25 empleados.
  • Generación entre 43 y 26 años: 19 empleados.
  • Generación entre 25 y 18 años: 2 empleados.


Experiencia Portuaria
  • Personal con más de 25 años de antigüedad: 27 empleados.
  • Personal entre 18 y 9 años de antigüedad: 15 empleados.
  • Personal con menos de 9 años de antigüedad: 16 empleados.


Educación y Profesión
  • Personal con educación primaria: 4 empleados.
  • Personal con educación secundaria incompleta: 5 empleados.
  • Personal con educación secundaria completa: 14 empleados.
  • Personal con educación terciaria: 12 empleados.
  • Personal con graduación universitaria: 23 empleados.


El trabajo fue mucho más largo que lo esperado. Como imaginarán se pusieron en marcha todos los mecanismos humanos y naturales de “La resistencia al cambio”.

Pero, finalmente en 2015, después de decenas de horas de reuniones y debates, se encontraron los consensos necesarios para que el trabajo prosperara, con el acuerdo y apoyo de los gremios a los que responde el personal del Consorcio, es decir, la Unión Ferroviaria y la A.P.D.F.A. (Asociación del Personal de Dirección de los Ferrocarriles y Puertos Argentinos).

Por supuesto, todo esto desembocaría en la definición de un nuevo Organigrama para el CGPBB.

El resultado

Precisamente, sobre mediados de 2015, los sistemas de Valorización de Puestos de Trabajo y de Evaluación de Desempeño se encontraban expeditos y comenzaron los cambios para implementarlos.

Dentro de este nuevo formato y concepción, se definió (insisto que ocurrió con acuerdo de todas las partes) la metodología para la incorporación de personal, que desembocó en que el Directorio aprobara el dictado, a través de la Secretaría General, de la norma de Procedimiento General 0029 (PG SGC 0029) para la Incorporación de Personal.

Todo esto dentro de lo que se denomina “Sistema de Gestión de la Calidad”, porque quiero indicar (o recordar) aquí que el CGPBB ha sometido y calificado sus procedimientos dentro de las normas ISO 9000 e ISO 9001, en particular su Manual de Calidad y el sistema que aquí se menciona.

Va de suyo que la metodología garantiza que se propenda a la mejor selección posible, con transparencia e igualdad de oportunidades para todos los postulantes.

Dejo aquí el enlace para que, a quien le interese, pueda consultar el documento con el Procedimiento PG SCG 0029 emitido el 13 de mayo de 2015.


Lo que creo que no está bien

Vamos, entonces, al punto que me motivó a escribir esta nota, cual es la reciente designación de un Gerente Comercial en el CGPBB la que, según la información de la que dispongo, fue realizada en forma directa en favor de una persona externa a la organización y, por supuesto, sin seguir el procedimiento que he citado.

Podríamos discutir, paralelamente, ¿por qué la necesidad de crear un cargo que no existía? Podríamos preguntarnos ¿por qué el CGPBB no tuvo antes un Gerente Comercial en casi 24 años de existencia? ¿Seguro habría alguna razón o estábamos todos distraídos? El puerto está casi totalmente concesionado a terminales privadas y la labor comercial (conquista de cargas y negocios) recae principalmente en éstas.

Aunque eso no significa que no se pueda ayudar desde la administración portuaria. Por supuesto que se puede y se debe, por el bien del puerto y su competitividad. Pero esa es una evaluación que puede tratarse por separado y en otro momento.

No estoy aquí juzgando o emitiendo opinión sobre la posible idoneidad del personal interno para cubrir el puesto de referencia, ni sobre la del elegido, pero digo que no se ha cumplido con el procedimiento para su cobertura en función de la norma vigente. Y las normas, están para cumplirlas (nos gusten o no en un momento determinado), más aún cuando han sido producto de un laborioso consenso de todas las partes involucradas.

Como dice el dicho: “No se puede borrar con el codo lo que se ha escrito con la mano”, sobre todo cuando lo que se ha escrito ha costado tanto esfuerzo para que todos estuvieran de acuerdo

Si las normas no nos gustan, lo que hay que hacer es cambiarlas, pero no violentarlas.

Conclusiones

El puerto y su Consorcio de Gestión, en términos generales y con los resultados obtenidos a lo largo de casi 24 años, ha demostrado ser un modelo de gestión exitosa.

Ha tenido la sabiduría de sostener un sistema que lo ha hecho crecer hasta convertirse en lo que a mí me gusta considerar como un Gigante Portuario, dentro de las escalas de la Argentina.

Todos los presidentes y directores a los que nos ha tocado participar en esa trayectoria hemos mantenido, por encima de cada impronta, una visión compartida que significó y produjo una línea de crecimiento permanente y bastante a salvo de crisis externas de impacto general.

Por eso reivindico que uno de sus grandes aciertos ha sido apegarse a normas de procedimiento largamente debatidas, pero que una vez aceptadas y sancionadas son respetadas por todos los actores. Hasta que una mejor necesidad o perspectiva demande actualizarlas, siempre consensuadas porque tal acuerdo es la mejor garantía de un comportamiento comprometido.

Ojalá que en el tema que hoy me ocupó, este criterio prevalezca.













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