jueves, 25 de agosto de 2016

Divulgación. Hoy: Notables de la Historia 2

Hoy:
Notables de la Historia 2


Paul Newman tocaba el trombón?


Lo bueno del cine es que todo es posible, lo malo es que casi todo es falso, artificioso, mentira. No pasa nada. Una vez que aceptás las reglas del engaño, el juego tiene su gracia. Es la magia del cine la que cuenta historias imposibles, te lleva a lugares lejanos o posibilita un espectacular duelo de trompeta y trombón entre el inmenso Louis Armstrong y el eterno Paul Newman, uno de los icónicos actores del Actor´s Studio de Lee Strasberg.
La batalla de vientos tuvo lugar en Francia, en un ahumado club de jazz en el que actuaban Ram Bowen, protagonizado por Paul Newman y Eddie Cook, personificado por Sidney Poitier, dos expatriados del jazz que viven concentrados en la música en Paris Blues”, la película de Martin Ritt estrenada en 1961 y traducida como “Un día volveré”
En el duelo también está presente otro genio del jazz como Edward Kennedy “Duke” Ellington, autor de la inolvidable “Caravan”.

La película comienza con los dos músicos en una estación de tren en la que esperan para saludar a "Wild Man" Moore, una leyenda del jazz interpretada por Louis Armstrong. En aquel tren viajan también dos turistas estadounidenses encarnadas por Joanne Woodward (esposa de Newman en la vida real) y Diahann Carroll. La película es una historia de amor con el jazz parisino como música y un trasfondo social con el racismo y el segregacionismo como cuestión de fondo.

El momento culminante de la película es el duelo de vientos entre Newman, que interpreta a un músico obsesionado con su obra, y Armstrong y tiene lugar en el abarrotado club en el que suelen actuar Ram y Eddie (Newman y Poitier). Una escena calurosa y divertida, con la trompeta real de Armstrong y la intensa interpretación de Newman.

Una escena memorable entre uno de los mejores músicos de todos los tiempos y uno de los actores más legendarios de la historia del cine, generan ese arte tramposo y genial que posibilita engaños tan bien perpetrados como éste.











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