viernes, 5 de agosto de 2016

Las frases destacadas de la semana en el Blog

Conceptos que estimo relevantes en los diferentes contenidos.

Como lector, pero sobre todo como bahiense y argentino, podés compartir, disentir, criticar y aportar en los temas que te interesan. Haceme llegar tus comentarios y te invito a suscribirte para recibir las novedades por mail.


La Zona Franca Bahía Blanca–Coronel Rosales, y su concesionario Zona Franca Buenos Aires Sur S.A., ha evaluado específicamente las posibilidades y los elementos de atracción para promover emprendimientos.
Lo que se nos proponemos en esta columna es mostrar las ventajas de realizar este tipo de iniciativas relacionadas con la producción de energías alternativas, en un ámbito de zona franca.

La promoción debería ser para que los productores de esa región obtengan un mayor precio por sus esfuerzos (que bastante castigados están) y no para que se lo quede quien intermedia con esa producción.

En “nuestros pagos” se nota una preocupante tranquilidad y un notorio silencio.

El nuevo desafío es integrar la función logística de los puertos. Ya no basta con tener infraestructura, profundidad y sentarse a esperar que venga la carga.

Continúa la movilización en la Patagonia, y los medios acompañan de manera masiva.

Necesitamos ver que alguien analiza si es posible trocar los estímulos para que lleguen a los productores o pymes industriales, aunque el impacto presupuestario para el Estado sea neutro.

Se vive hablando de cuidar las economías regionales, pero los que producen son los “esclavos” del sistema mientras la “parte del león” se va para otro lado.

Nos oponemos a los reembolsos en los puertos porque el beneficio va a parar a otros bolsillos.

La propuesta que formula el actual interventor apunta a un manejo unipersonal y concentrado de un puerto. Sería un enorme retroceso para un formato de gestión que ha demostrado equilibrio en las decisiones y resultados exitosos.

En nuestro país, el puerto de Bahía Blanca es uno de los pocos, si no el único, que tiene la capacidad presupuestaria para pagarse sus propios dragados.

El reclamo de los pescadores artesanales es justo y es de esperar que, en otros puertos argentinos, se pongan en marcha programas de reconversión adecuados a la realidad de cada lugar, para respetarles una actividad que da de comer a mucha gente.

Pobre de aquel que, por necesidad o por no haber podido controlar racionalmente sus compras y consumos, haya tenido que caer en la financiación estructural de sus saldos con la tarjeta de crédito que usa.

Uno de los desafíos más importantes de las nuevas gestiones es bajar los costos portuarios del país, un elemento esencial de la competitividad de nuestro comercio exterior.

La inflación es la hija descarriada del déficit fiscal. Y las tasas de interés son las hijas obedientes de la inflación.

La historia no comienza con nosotros y, por supuesto, mucho menos termina con nosotros. El Puerto de Bahía Blanca tuvo, durante sus primeros 22 años, un notable y exitoso crecimiento, tiene un presente magnífico y un porvenir promisorio de grandeza.

Cuando se lucha por algo que se cree justo, con todo respeto, se habla con “Dios y María Santísima”. No se espera pasivamente a ver qué deciden los otros.







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