Alegría y Reflexiones. Agregar a otros actores sumaría mucho más.
En esta entrega voy a compartir con ustedes la
nota que me invitaron a escribir los responsables editoriales de la Revista Ciudad Puerto con motivo de su Edición Especial
por el 24° aniversario del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca.
La revista es un emprendimiento local dedicado a
la “Actividad Portuaria, Industrial, Cultural & Medio Ambiente”, cuyo
Número 1 apareció en diciembre de 2012 y especialmente enfocado en la localidad
de Ingeniero White y nuestro puerto.
La nota
que aquí reproducimos puede leerse en el Número Aniversario del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca - Edición N° 9 (Setiembre 2017) Páginas 31 a 33.
Este es su contenido completo:
Un nuevo aniversario del Consorcio de Gestión
del Puerto de Bahía Blanca, el vigesimocuarto, me convoca una vez más a la
alegría, por una parte, y a algunas reflexiones, por la otra.
Feliz
cumpleaños a todo el Equipo que, día a día, contribuye a que se haya cumplido otro
año de este modelo de gestión exitosa que ha hecho del Puerto de la Ciudad de
Bahía Blanca uno de los más importantes de la Argentina y América Latina.
En mi mensaje del 22° aniversario pude agradecer a la enorme cantidad de personas
que, desde 1992, contribuyeron en todas las etapas a crear, desarrollar, y
sostener un sistema de administración portuaria que, por su eficacia, luego fue
seguido por otros.
Hoy el puerto ha iniciado una nueva etapa, con
nuevas improntas, con ese magnífico Equipo, que logrará nuevas realizaciones y
progresos, y sosteniendo las buenas cosas que se lograron antes, a través de
todos los que tuvimos el orgullo de participar. Y el sentimiento de pertenecer
a una Ciudad-Puerto está más fuerte
y arraigado que nunca.
En aquel momento decía: “¿Cómo desarrollar una
visión sobre cómo será, para este
puerto, el resto de su vida? Es más sencillo visualizar el futuro en el
corto y hasta mediano plazo, porque el largo entra en el terreno de la visión profundamente
estratégica, los sueños y las utopías”. “Las principales acciones de los
administradores portuarios conducen a aumentar los volúmenes de carga, exportar
más, mejorar la velocidad operativa, disminuir los costos; es decir, mejorar la
competitividad en todos sus aspectos; pero, por otro lado, también sostenemos
que de nada serviría continuar creciendo en las capacidades internas si la
carga no llega mejor, más rápido y seguro a los puertos”.
Y todos estos aspectos propios de la operación
portuaria tienen que servir no solamente para crecer y reinvertir en nuevas
capacidades, generando más empleo, sino también, como un fin mayor, a
contribuir al desarrollo de la ciudad que contiene al puerto, a su región y al
país con programas de responsabilidad social que canalicen excedentes
destinados a necesidades de la comunidad.
Un fin mayor: contribuir al desarrollo de la ciudad que contiene al
puerto con programas de responsabilidad social que canalicen excedentes
destinados a necesidades de la comunidad.
Imaginar el futuro
Vale la pena destacar, entonces, que en este
vigesimocuarto año se haya decidido renovar su Plan Estratégico, a través de un
trabajo que se ha denominado “Visión
Portuaria Bahía Blanca 2040”. Esto de intentar prever el futuro de nuestra
ciudad y su puerto, insertos en el país y el mundo, 23 años para adelante
resulta, a todas luces, loable porque representa un símbolo de algo que se ha
hecho poco en la Argentina, cual es trazar planes y gestionar acciones para el
largo plazo.
Un plazo que excede los tiempos naturales de los
dirigentes que los imaginan y ponen en marcha. Por eso tiene mucho valor, porque parte de la base de reconocer, con humildad, que
los resultados finales tal vez no los lleguemos a ver o lo haremos desde otro
lugar.
Siempre se
trata de crecer sobre lo construido y crear con nuevas ideas y nuevos logros.
Así intenté hacerlo yo respecto de las gestiones precedentes y espero que
también lo harán los que vengan en el futuro. La
historia no comienza con nosotros y, por supuesto, mucho menos termina con
nosotros: “Los éxitos, en estos casos, no son competitivos, son
nuevos aportes que se suman a otros éxitos, y así se gesta una trayectoria exitosa”.
Claro que 23 años hacia el futuro es mucho tiempo,
casi otro tanto como los que ya ha vivido el Consorcio. Sobre todo en una época
donde se están trastocando muchos paradigmas, donde los vertiginosos cambios
tecnológicos, del conocimiento y de otra índole vienen modificando la forma de
pensar y hacer a una velocidad a la que resulta muy esforzado adaptarse.
Seguramente un plan de este tipo requerirá
dividirlo en etapas más cortas (quinquenios, por ejemplo) para adaptarlo y
corregirlo sobre la base de cuestiones
que ni siquiera sabemos que van a suceder.
¿Cómo serán, en 10 o 20 años, la logística y la tecnología
aplicada a la misma? Con el crecimiento de la generación de energía a través de
fuentes renovables, ¿qué pasará con la buena parte del transporte marítimo
dedicado a movilizar combustibles fósiles? ¿Cómo habrá que adaptar el
compromiso social de esta organización a otro tipo de demandas requeridas por
el compromiso Ciudad-Puerto? Se podrían plantear decenas de preguntas como
éstas y, obviamente, intentar contestarlas es la tarea de un plan a largo plazo
como éste. Y así, las revisiones y modificaciones a nuevas realidades serán
inevitables.
Ya en 2012 lo tuve claro y bauticé a nuestro puerto
de Bahía Blanca como un “Gigante Portuario”. Como ya he expresado en otras ocasiones el Gigante
está intacto y mirando al futuro con vocación y ambición de ser cada vez más
grande e importante, contribuyendo al comercio exterior de la
Nación, a dar empleo a mucha gente, y a ser un motor de crecimiento y
desarrollo de la ciudad que lo contiene. Es un modelo probado y
efectivo de gestión portuaria y hacemos votos para que continúe siempre de esta
manera.
Solidaridad portuaria y compromiso social
Al principio de esta nota comenté que, además de la
alegre celebración, quería aprovechar la ocasión para hacer algunas reflexiones.
No muchos saben que, desde su creación, el
Consorcio estuvo exento, por ley provincial, del impuesto a los ingresos brutos
por tratarse de una entidad sin fines de lucro y contribuyendo a la
competitividad de los costos portuarios. Pero esto cambió cuando la Provincia
eliminó la exención y le reclamó el pago de este impuesto regresivo, desde 2010
hasta el presente y con la mayor alícuota del 5%. (Nótese que este impuesto
está siendo objetado actualmente, en el marco de una reforma tributaria
integral que buscará gradualmente su eliminación).
Aquí quiero respaldar el contenido del proyecto de Ley de Puertos Bonaerenses
que considera volver a la situación anterior eliminando el pago de ingresos
brutos, pero cambiarlo por una contribución del mismo orden (5% de los ingresos)
a la creación de un Fondo Compensador
Portuario provincial que permita a la autoridad portuaria de la provincia
destinar recursos hacia puertos que necesitan inversiones y cuya capacidad
propia no es suficiente para financiarlas. De este modo, puertos como el nuestro podrán colaborar
con otros puertos de la provincia tratándolos a todos como un Sistema Portuario
Integrado.
En otro orden, los que han tenido la oportunidad de
examinar o consultar el Plan Estratégico hacia el 2040 habrán notado que
contiene, como es común en este tipo de planificaciones, un análisis F.O.D.A.
(Fortalezas-Oportunidades-Debilidades-Amenazas).
Las Fortalezas y Oportunidades son muchas y han
sido ampliamente analizadas. Son todas las que marcan un promisorio porvenir
para nuestro puerto mientras su gestión siga por el buen camino. Las Debilidades
y Amenazas son, en general, de carácter operativo como ser los deficientes
accesos viales y ferroviarios, las descargas cloacales y su impacto medio
ambiental, la escasez de agua de uso industrial, la falta de tierras para
expansiones y otras.
Pero quiero
detenerme en dos temas en particular: del lado de las Debilidades, el “desequilibrio
del desarrollo con la comunidad de Ingeniero White”; y del lado de
las Amenazas, la “falta de alineación de las organizaciones sindicales con los
objetivos del complejo portuario-industrial en materia de competitividad y
eficiencia”.
Con respecto
a lo primero, siempre reconoceré que, durante mi gestión, con todo el apoyo
del Equipo consorcial, uno de los logros sobresalientes fue la
instalación definitiva del Programa Ciudad-Puerto y la
construcción de infraestructura
portuaria recreativa como una inversión primigenia y necesaria para atraer
a la población a su mar y su puerto.
Sus dos
primeros exponentes fueron el Balcón al Mar y el Paseo Portuario a lo largo del
muelle Ministro Carranza. Para su completamiento, acaba de anunciarse la
tercera etapa cual es la puesta en valor del ingreso por la Av. Mario Guido,
desde el ingreso por Guillermo Torres hasta la plazoleta. Así el sector de
paseos internos quedará totalmente integrado.
Pero la
“debilidad” aludida se refiere a lo que ocurre puertas afuera del puerto, esto es la situación de su hermano gemelo de nacimiento, Ingeniero White. La localidad necesita ayuda para
mejorar su aspecto y condición. Los particulares, por no poder o no querer,
casi ni invierten en ella y el “pueblo” que nació junto con el puerto está casi
como detenido en el tiempo.
La Fundación que no dejaron ser
Este era uno
de los objetivos primordiales que pensamos al crear en 2015 la “Fundación para
el Desarrollo Sostenible de la Ciudad Puerto de Bahía Blanca”. Las
razones por las que la iniciativa no se puso en marcha por parte de las
actuales autoridades quedan para otro análisis (*), pero se trataba de crear una herramienta que sumara las
contribuciones que puede hacer el propio Consorcio a otras, públicas y
privadas, que multiplicara la masa crítica de recursos a aplicar a estos fines
sociales.
Acta de aprobación por unanimidad de la Fundación |
(*) Al estilo de la muy exitosa Fundación Valencia Port (España),
los objetivos y posibilidades de esta herramienta son muy buenos. Aún sin mi
presencia, como mentor del proyecto, las actuales autoridades (que la
conducirían) debieran explicar mejor por qué decidieron no llevarla adelante, a
pesar que su creación fue aprobada por unanimidad del Directorio en setiembre
de 2015 y la mayoría de los directores siguen perteneciendo al mismo.
Resolución de aprobación de la Fundación de la Dirección de Personas Jurídicas P.B.A. |
Matrícula de inscripción de la Fundación N° 43397 |
El Consorcio
acaba de anunciar que invertirá en el orden del millón de dólares anuales para
estos fines. Sin duda se trata de un aporte importante, pero no suficiente. Con
el mecanismo aquí descrito se podría
triplicar o cuadruplicar la inversión y lograr un impacto mucho más rápido y
potente. Ingeniero White y la ciudad se lo merecen. Eso es, esencialmente, ser una Ciudad-Puerto.
Sumando los aportes del Consorcio a otros,
públicos y privados, se podría triplicar o cuadruplicar la inversión en el
Programa Ciudad-Puerto.
¿Desalineación sindical?
Con relación
a lo planteado como una “amenaza”, enunciada como “falta de
alineación de las organizaciones sindicales con los objetivos del complejo
portuario-industrial en materia de competitividad y eficiencia”, debiera
explicitarse mejor a qué se refiere.
Los diversos
sindicatos que operan en el puerto ¿Están en contra del progreso de su fuente
de empleo? ¿Realmente quieren que el puerto sea menos competitivo y eficiente? En verdad, no lo creo. Sería como
“escupir para arriba”.
¿No habrá
faltado un diálogo más profundo con este sector? Cuando se mencionan, en la
Visión Portuaria 2040, los actores que “acompañan esta visión” abundan
mayoritariamente instituciones y organismos públicos y privados y empresas. En
una línea se menciona a la Intersindical Portuaria, pero luego se plantea como
una amenaza su falta de alineación.
Esto no es
sustentable si no se corrige. No hay modo de llevar adelante un plan de tan
largo aliento si todos los actores
no están alineados en la misma visión. Y el sector del trabajo es un actor sustancial porque es el
motor que realiza las acciones y metas que se proponen.
Conclusión
Se dice que las personas nacemos, crecemos, nos
desarrollamos y morimos. Espero que
instituciones como el Consorcio en particular y el Puerto de Bahía Blanca, en
general, hagan todo lo primero, pero nunca lo último. El destino es
perdurar en el tiempo y más allá de las personas, aunque todas estas hayan
dejado, en su paso, su capacidad, sus ideas, sus logros, que se van sumando a
lo largo de los años y durarán para siempre.
Mis mejores deseos a todos los que siguen haciendo
del Puerto de Bahía Blanca una gran organización. Lo que no está bien puede corregirse, si es que hay vocación de hacerlo.
En mi caso, desde todo lugar, seguiré trabajando por su Éxito.
En mi caso, desde todo lugar, seguiré trabajando por su Éxito.
Ex Presidente del Consorcio
2012-2016