martes, 8 de noviembre de 2016

Por algo podríamos comenzar

Contaminación vehicular: en Bahía equivale a 10 polos petroquímicos

La frase no es, en absoluto, una determinación científica ni el resultado de una cuenta que multiplique por 10 a nada. Es una expresión simbólica y contundente que nos dejó el profesor, climatólogo y meteorólogo Osvaldo Canziani, en su visita a Bahía Blanca en octubre de 2011.

Fue en ese entonces que lo recibimos, en la Municipalidad de Bahía Blanca, el abogado Fabián Lliteras y yo, en nuestro carácter de Secretarios de Gobierno y de Planificación, respectivamente, y es allí cuando nos dejó esa frase que nos impactó.

Este físico y meteorólogo argentino, lamentablemente fallecido en 2015, fue el científico con más alto rango en el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la Organización de las Naciones Unidas; organismo que en 2007, junto al ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore, obtuvo el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos para evitar conflictos mundiales futuros.


Osvaldo Canziani, al centro
Osvaldo Canziani fue egresado en Física de Universidad de Buenos Aires, obtuvo un Master (MSc) en Meteorología en la Universidad de Londres y realizó su doctorado, en la misma disciplina, nuevamente en la Universidad de Buenos Aires.

Fue también un autor prolífico en temas de cambio climático, desarrollo sustentable y otros asuntos ambientales. Fue consultor en meteorología para proyectos del Banco Mundial, investigador principal del CONICET, y miembro del denominado Club de Roma. Trabajó durante 25 años para la Organización Meteorológica Mundial (WMO), donde llegó a convertirse en el primer Director Regional de esa organización en América Latina y el Caribe.

En su visita nos manifestó que continuaba su lucha para que reaccionen los gobiernos y le den importancia al cambio climático y la necesidad de promover mayor coordinación por parte de América Latina en la problemática. “Nuestro país y el resto de Latinoamérica tiene importantes talentos y expertos en estos temas, pero a nivel de coordinación entre los países en la fijación de posturas todavía nos falta bastante”, dijo.

Además, alertó sobre las cuestiones cotidianas que agreden el ambiente y que requieren un cambio cultural y acción de los gobiernos, cual es el impacto del transporte en general, es decir, la llamada contaminación por combustión vehicular que es, tal vez, el agresor más importante, sobre todo en los conglomerados urbanos.

Esta es la anécdota que dio origen a esa impactante sentencia del título. Le conté, en ese momento, que Bahía Blanca tenía, desde el punto de vista de sus habitantes, una seria preocupación por la contaminación ambiental en la ciudad y que la principal postura refractaria estaba dirigida al complejo industrial petroquímico instalado en la misma. Le agregué que no alcanzaba ningún argumento “tranquilizador” por parte de las empresas, ni la difusión de parámetros ambientales del aire, el suelo o el agua que indicaran que están por debajo de los límites permitidos, que fuera aceptado por la población que mantiene una postura de sospecha continua.

Y entonces le pregunté ¿qué pensaba él sobre lo que debía hacerse? Y es allí donde, en lugar de contestar directamente la pregunta, nos repreguntó ¿cuántos vehículos circulando teníamos en Bahía Blanca? Le contesté (aproximado para 2011) que unos 130.000 autos y 20.000 motos. Y entonces disparó la sentencia:

“Entonces, ustedes tienen 10 polos petroquímicos circulando por la ciudad”

No nos estaba diciendo nada demasiado nuevo, pero puesto en blanco y negro, nos definió claramente adónde debía enfocarse nuestra principal preocupación y acción.

El impacto en el aire que respiramos, por emisión de monóxido y dióxido de carbono, de todo el sistema de transporte motorizado, alimentado por combustibles fósiles, son el principal problema ambiental que nos afecta en nuestra vida cotidiana urbana.


Una clásica imagen dramática, más allá de lo que nos afecta a todos, es ver a una madre cruzando una calle y llevando a su bebé en un cochecito, quien está más o menos a 80 cm de altura, y un auto cualquiera le dispara a esa altura una nube de humo negro.




Sí, ya sé. Todos lo tenemos claro, pero ¿qué podemos hacer para corregirlo?

Pues, por algo podríamos comenzar. Muchas ciudades del mundo están llevando adelante acciones para reducir el tránsito de vehículos desalentando su uso. Estímulos al uso del transporte público que garantice un buen funcionamiento, al uso (que cada vez está aumentando más en muchas ciudades) de la bicicleta con espacios y bicisendas seguras y, lentamente, incorporando el uso de autos eléctricos. Esto lo veremos más adelante.

Difícil, sí – Complicado, por supuesto – Imposible, NO


El #antesqueseatarde de NatGeo

Un gran esfuerzo comunicacional de concientización acaba de ser lanzado por National Geographic, conocido popularmente como NatGeo. Se trata del documental producido por Leonardo Di Caprio y Martin Scorsese “Antes que sea tarde”.

El documental sobre el cambio climático “Antes que sea tarde” se puso mundialmente en el aire el 31 de octubre y fue dirigido y producido por el realizador galardonado con un premio Óscar, Fisher Stevens. Lo conduce Leonardo Di Caprio, también ganador de un premio Óscar, activista por el medio ambiente y Mensajero de la Paz de la ONU. El productor ejecutivo es Martin Scorsese.

Se estrenó en 171 países y en 45 idiomas y presenta un relato tan informativo como atrapante sobre las maneras en las que la sociedad puede prevenir la desaparición de especies en peligro, ecosistemas y comunidades autóctonas de todas partes del mundo.

El espectador es testigo de las pruebas que demuestran la gravedad de la crisis medioambiental que causa un daño irreversible a paisajes desde Groenlandia hasta Indonesia, para perturbar el equilibrio del clima mundial y acelerar la extinción de animales populares.

Di Caprio entrevista a individuos de todos los sectores de la sociedad, tanto en países desarrollados como en naciones en vías de desarrollo, que brindan opiniones con vehemencia y pragmatismo sobre lo que se debe hacer hoy -y en el futuro- para poder realizar la transición de los sistemas económicos y políticos a instituciones favorables al medio ambiente.

Entre los entrevistados, cabe destacar al presidente de Estados Unidos, Barak Obama, al ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, al secretario de estado de Estados Unidos John Kerr, al secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon y al Papa Francisco, además de investigadores de la NASA de primera línea, conservacionistas forestales, respetados científicos, líderes comunitarios y fervientes activistas que trabajan para salvar el mundo.

Vale la pena prestar mucha atención al momento en que se refiere a la tremenda deforestación que se viene produciendo en Indonesia para generar plantaciones de aceite de palma. Este aceite (que es mucho más barato que los derivados de otros cultivos) está presente en muchísimos alimentos y otros productos que utilizamos regularmente en la vida cotidiana.

Este proceso es, porcentualmente, uno de los más importantes factores actuales de la emisión de carbono a la atmósfera produciendo el denominado “efecto invernadero”.



Calculá tu huella de carbono

Otro aporte extremadamente importante que podemos hacer cada uno de nosotros, para contribuir a evitar el negativo cambio climático, es tomar conciencia sobre la cuota parte en que todos contribuimos a generarlo con nuestras conductas y consumos cotidianos.

Para eso es válido comenzar calculando nuestra propia huella de carbono y, a partir de allí, conociendo el valor de nuestras emisiones, tomar acción y seguir las recomendaciones que podemos adoptar para lograrlo. Los datos son de nuestra vida cotidiana: consumo de combustible, de electricidad y de gas; viajes en colectivos o taxis u otros medios de transporte, cantidad de residuos orgánicos e inorgánicos generados en el hogar, y otros datos de ese tipo.

Hay muchos lugares en internet para hacer esta tarea. Aquí les dejo algunos enlaces:

Calcule su huella de carbono

Ingresa a la calculadora de Huella Ecológica  Ministerio de Ambiente de la Nación


Terrazas verdes y paneles solares

Siempre preocupados por la sostenibilidad de sus ciudades y pioneros en temas medioambientales, la más ciudad más poblada de Dinamarca, Copenhague, ha dictado una ley que obligará a tener vegetación en las azoteas de los edificios de nueva construcción, aunque ya existe un plan para cubrir de vegetación las viejas azoteas de la cuidad con el fin de llegar a ser carbono neutral en 2025.

Además de ser una referente en movilidad sostenible, Copenhague también trabaja en mejorar su entorno, disminuir su consumo de energía, reducir la basura producida y reciclar la mayor parte de ella.




Trabajan desde hace ya tiempo también en hacer el ciclismo urbano aún más seguro, creando las infraestructuras necesarias para ello.

Siguiendo el ejemplo dinamarqués, Francia, en particular su capital París, también por ley exige ahora para las nuevas edificaciones la creación de techos verdes y la instalación de paneles solares, generando espacio para ambas cosas. Todo para contribuir a disminuir la denominada “isla de calor” de las ciudades y buscar generar energía fotovoltaica, al menos a nivel de autoabastecimiento a escala domiciliaria. También estimularán en un plazo determinado, y previo estudio de la capacidad de resistencia de los viejos edificios, para que también sean adaptados.

Alemania también ya tiene un gran desarrollo en este sentido. También en Estados Unidos.


Azotea verde en Manhattan
La buena noticia es que recientemente se dio a conocer la novedad que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires está tratando un proyecto para implementar esto en la capital de nuestro país, tanto en materia de techos verdes como de paneles solares domiciliarios.

Sería muy bueno que los especialistas en las definiciones para un nuevo Código de Planeamiento Urbano en nuestra Bahía Blanca incorporaran ya este tipo de iniciativas. Inevitablemente deberemos ir a eso.

Les dejo los enlaces para conocer mejor estas experiencias:

Azoteas verdes en Copenhague






Los autos eléctricos

Un vehículo eléctrico es un vehículo propulsado por uno o más motores eléctricos. La tracción puede ser proporcionada por ruedas o hélices impulsadas por motores rotativos o, en otros casos, utilizar otro tipo de motores no rotativos, como los motores lineales, los motores inerciales, o aplicaciones del magnetismo como fuente de propulsión, como es el caso de los trenes de levitación magnética (llamados de tipo maglev).

En Argentina ya comienza a promoverse el uso de vehículos eléctricos. La industria argentina cuenta con las herramientas necesarias para la puesta en marcha de la producción de los primeros vehículos eléctricos nacionales, por lo cual el sector espera un adecuado marco regulatorio, un esquema de promoción impositiva y nuevas normas para alcanzar un cambio de paradigma sustentando en la energía renovable.

Colectivo eléctrico
El barcelonés Sergio Parra, en su Xataciencia, nos dice que “entre ataques de asma y otros problemas respiratorios, así como muertes prematuras, la contaminación del aire de las ciudades acarrea un gasto de 34.000 millones de euros (año 2015). Pero ¿qué pasaría si empezaran a venderse sólo coches eléctricos y la mayoría del parque automovilístico estuviera formado por ellos?

Eso es lo que analiza un informe realizado por la Asociación Americana del Pulmón (American Lung Association), que conjetura la situación en el año 2050, que es cuando se estima que todos los coches vendidos serán eléctricos y el parque automovilístico tendrá un 65% de los coches eléctricos.

Los beneficios de menos emisiones gracias a los coches eléctricos propiciará que el aire de las ciudades sea más limpio, lo que evitará tantos problemas de salud asociados y, con ello, se reducirá ostensiblemente el impacto económico que acarrea. Y es que la contaminación procedente del tráfico incluso tiene efectos en la cognición.

Europa y Estados Unidos ya han superado su fase del carbón, al contrario que China, pero se enfrenta a problemas relacionados con los automóviles, especialmente los diésel. Los coches eléctricos, sin embargo, no sólo tendrán un impacto positivo en la salud y en la economía, sino que también impactaría positivamente en la reducción de la contaminación sonora”.

Finaliza, irónicamente, diciendo “Mientras llega ese Edén, podemos mudarnos a las ciudades donde hay menos contaminación procedente del tráfico”.

Hay ya muchas versiones y marcas en el mercado. Sin contar los casos de vehículos de porte mayor, como ómnibus y trenes, en general los autos, hasta ahora, son de tamaño pequeño y de autonomía relativa, pero sin dudas el Tesla Model S es la versión más atractiva de lo producido hasta el momento. Es el segundo coche eléctrico de la firma de Silicon Valley, Tesla Motors.

Una berlina que no deja indiferente a nadie y ostenta el título del coche eléctrico de producción con mayor autonomía del mercado. Disponible en 2 modelos según su paquetes de baterías, uno de 70 kWh y otro de 90 kWh de capacidad.

El modelo base (70 kWh) tiene tracción trasera, una autonomía de 420 km (NEDC) y una aceleración de 0 a 100 km/h en 5.8 segundos. La versión con tracción total (70D) tiene una autonomía de 442 km (NEDC) y una aceleración de 0 a 100 km/h en 5.4 segundos, mientras que los modelos con la batería de 90 kWh tienen tracción total y aceleran de 0 a 100 km/h en 4.4 segundos, con una autonomía de 550 km en el caso del 90D. En la versión Performance (P90D) la autonomía es de 505 km y la aceleración de 0 a 100 km/h en 3 segundos, ambas versiones con una velocidad punta auto limitada de 250 km/h. 

En el interior destaca por su pantalla vertical multitáctil capacitiva de 17 pulgadas con sistema operativo basado en Android y Linux que además de controlar múltiples funciones del vehículo proporciona conectividad a internet a través de wifi o telefonía móvil. 
No hay problema. Cuesta unos € 78.000.-



Bicisendas seguras




¿Bicicletas eléctricas? Por supuesto. Ya existe una gran variedad y también estarán presentes en el uso cotidiano.






Un estúpido nunca falta
Conclusiones

El cambio climático está instalado y los estragos que está produciendo los estamos viendo, lamentablemente, demasiado seguido. Se derriten los hielos, aumenta el nivel de altura de los mares, aumenta la temperatura global, huracanes, tornados, tsunamis, inundaciones, contaminación atmosférica, lluvias de intensidad insólita, polución que respiramos, enfermedades, etc. etc. Y casi todo está provocado por la mano del hombre.

Sólo puede entenderse la actitud negadora o indiferente de los grandes dirigentes de las corporaciones globales en la intención de defender esos gigantescos intereses industriales y la generación de ganancias a cualquier precio.

El caso del aceite de palma es uno de los grandes ejemplos actuales de la codicia industrial.

Nuestra contribución por supuesto que es importante, intentando reducir nuestra “huella de carbono”, pero los grandes ejemplos tienen que venir de arriba, como en casi todas las cosas que le pasan a nuestra sociedad.

La consigna “Salvemos al Planeta” no es un eslogan publicitario. Es un llamado dramático de la especie humana a la propia especie humana. Algunas reacciones se están viendo, pero muy lentas para contrarrestar el tamaño del drama.

Por eso remato con la frase de NatGeo: “¡Antes que sea tarde!”






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