sábado, 5 de septiembre de 2015

22 Años de Gratitud

Cuando  uno celebra un cumpleaños, más allá de tener una visión sobre cómo será el resto de su vida, es inevitable hacer un balance de cómo se llegó a este presente y agradecer a todos aquéllos que influyeron, ayudaron y fueron protagonistas de esa historia.
         
        En los últimos tiempos, a través del uso de las modernas técnicas de comunicación disponibles, incluso las redes sociales, llevamos adelante sistemáticamente un trabajo permanente de difusión de los hechos, inversiones y actividades que se producen en nuestro puerto; y por eso consideramos que “el balance de cómo se llegó a este presente” lo venimos desarrollando día a día y llegan a nuestra comunidad portuaria, la ciudad, la región, el país y a nivel internacional donde, como siempre remarcamos, el prestigio del Puerto de Bahía Blanca es altísimo.

Sólo destacar que, en el marco de su habitual éxito operacional, hemos agregado en los últimos tiempos una marcada intensificación de nuestro programa Ciudad Puerto, con la reciente habilitación del Balcón al Mar, que puso en valor la historia del primer muelle de hierro que dio origen al puerto; y la próxima inauguración del paseo portuario a lo largo del mueble Ministro Carranza que son una nueva atracción para acercar a todos al mar. 

         
     
    Por eso, en este vigésimo segundo aniversario del Consorcio de Gestión, en lugar de reseñar los logros y resaltar las virtudes de este modelo de administración, me inclino por dedicarme a agradecer a los que, durante décadas, han sido los artífices de las bases y resultados de nuestra institución. No sin antes darme cuenta del riesgo de cometer alguna omisión involuntaria que, en caso de producirse, ofrezco mis disculpas por adelantado.
       
       En primer lugar, agradecer a los responsables del origen fundacional de este modelo de descentralización. Antes de 1992 la administración de todos los puertos del país se encontraba centralizada en la Administración General de Puertos Sociedad del Estado. Con fecha 3 de junio de ese año fue sancionada la Ley de Puertos Nº 24.093, no sólo con el propósito de obtener la descentralización política y administrativa de los puertos, sino también tratando de obtener un aumento de la eficiencia operativa de todo el sector y lograr una disminución de los costos en general. En resumen, obtener una mayor eficacia en la operación integrada del transporte.
         
      Los principales artífices e impulsores de esta verdadera revolución en el sistema portuario argentino fueron el entonces diputado nacional justicialista Dr. Dámaso Larraburu, como presidente de la Comisión de Transporte de la Cámara de Diputados, acompañado por el senador radical Juan Trilla, el diputado radical Victorio Bisciotti y el ucedeísta Ignacio García Cuerva. Una verdadera conjunción de voluntades multipartidaria.
         
     A quince años de sancionada la Ley, Dámaso decía: “Esta ley ha marcado en la Argentina un punto de inflexión, y es un modelo en nuestro país de cómo se debe trabajar. La Ley de Puertos fue distinta al resto de las privatizaciones de los 90 y es un modelo de gestión participativa con control de todos los sectores involucrados, públicos y privados. Y eso convirtió al modelo en un éxito total”.

Sancionada la ley, y producida la transferencia de los puertos a las provincias, se agregan más bahienses al desarrollo de esta nueva visión. El, hasta entonces Administrador local de la AGP, don José Egidio Conte, el ingeniero Osvaldo Abitante, uno de los grandes profesionales que impulsaron los 45 pies de calado, el ingeniero Valentín Morán, el Dr. Jorge Conti, el entonces Senador Jorge Scoccia desde el Senado de la provincia y otros técnicos y profesionales que, junto a Larraburu, concibieron las bases para la pronta sanción de la Ley provincial N° 11.414 que se constituyó en el estatuto fundacional de nuestro Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca. Bien está decir que en todas estas personas se encuentran los que podríamos definir como los padres fundadores de este modelo exitoso que cumple 22 años.

Y con la creación del Consorcio vino el primer Directorio: José Egidio Conte como primer Presidente y los Directores Oscar Doria, Carlos Sosa, Andoni Irazusta, Valentín Morán, Adalberto Thomas, Arturo Hosch, Vicente Andreani y Reinaldo Reiner; quienes tomaron las primeras decisiones para poner en marcha este formato de cogestión.  Junto a ellos, el personal y profesionales que se desempeñaban bajo el régimen de AGP, se sumaron a la tarea y empezaron a perfilar la estructura funcional del Consorcio.


 Y con el nuevo modelo vino una explosión de inversiones y un sostenido crecimiento del comercio exterior. Y llegaron las primeras terminales y la ocupación del territorio.

         Y a través de los 22 años se sucedieron otros a quienes agradecer: Presidentes como Jorge Scoccia, Hernán Neyra y Jorge Otharán. Y nuevos Directores como Horacio Ferrández, Antonio Diez, Jorge Cincunegui, Luis Bottazzi, Jorge Frappoli, Edgar Bosso, Ricardo Kiher y Carlos Moggia.
         
    Y junto con ellos, comenzó a crecer y capacitarse la planta permanente del Consorcio, que son el alma operativa del funcionamiento del puerto, desde los niveles gerenciales, jefaturas y las funciones auxiliares. Son a quienes siempre agradezco y a los que llamo afectuosamente y con reconocimiento: el Equipo (con mayúsculas).
         
        Y llegando al presente, el actual Directorio. Mis compañeros de ruta, con los que hemos logrado un excelente equipo de trabajo, más allá del rol, cumplimiento y defensa de los intereses del sector que cada uno representa, pero que, ante cada decisión trascendente, han demostrado plenamente que anteponen los intereses del bien común para el puerto por sobre las particularidades individuales. Ellos son Francisco Costa, Gustavo Damiani, Abel Di Meglio, Enrique Fortunato, Agustín Moreno, Marcelo Osores, Guillermo Puthod y Walter Resumil. Muchísimas gracias porque con esa actitud, con seguridad, han hecho mucho más sencilla mi tarea como Presidente.
         
     A todo el Equipo, desde el Gerente General, Valentín Morán, el Gerente de Ingeniería, Miguel Garelli, a mis asistentes más directos con quienes comparto de cerca nuestro trabajo cotidiano y a todos y cada uno de los Jefes de Área, supervisores y personal, que con destacado profesionalismo llevaron, llevan y llevarán adelante la tarea de éste, el principal puerto de aguas profundas de la Argentina y uno de los más importantes de Latinoamérica. Por favor, siéntanse todos nombrados. 65 personas que valen por muchos más. Homenaje especial a todos los que se han jubilado a lo largo de estos 22 años, por lo que aportaron y porque siguen cerca del puerto donde trabajaron, aún aquéllos que ya no están físicamente.
         
      Al Cr. Ernesto Hernández como auditor externo, la escribana Silvia Suárez Bras, al abogado Sebastián Scoccia, a los encargados de nuestra concesión de Zona Franca como Martín, Pablo y Constanza. Al Concejo Consultivo que es nuestra caja de resonancia y el aporte de otras instituciones que no forman parte del Directorio, para completar nuestra interacción con la dirigencia de nuestra ciudad. A las Cámaras de Pescadores que reclamaron, entendieron y acompañan el proceso puesto en marcha de una reconversión que dignifique y haga sustentable una forma de vida que transitaba por la informalidad y que demandaba este cambio en el que continuamos trabajando.
         
        A todos los gremios que forman parte de la Intersindical Portuaria, por la importancia de su trabajo cotidiano moviendo todos los engranajes del puerto y por la madurez y sensatez que siempre han demostrado en la defensa de los intereses de los trabajadores, con una visión racional sobre un modelo portuario que debe mantenerse atractivo para quienes invierten siendo dadores de ese trabajo.

A las autoridades y el personal de todas las empresas que forman parte de la comunidad portuaria porque cada uno, desde su lugar, conforman la potencia de un puerto que realiza una gran contribución a las exportaciones de nuestro país, y derraman recursos sobre una ciudad y región, traduciéndolo en empleos y servicios que consumen y gastan donde viven.
    
    Al Municipio de Bahía Blanca, el Concejo Deliberante y los legisladores bahienses y regionales que ayudan y tienen clara la importancia estratégica de este puerto como factor de crecimiento y desarrollo. Y a todas Universidades y el IADO que, con su soporte académico y científico, son nuestra interconsulta permanente en temas de alta sensibilidad o importancia técnica.
         
          A los medios de comunicación, locales y nacionales y, en especial, a todos y cada uno de los periodistas que nos ayudan a difundir, mejorar o corregir nuestra gestión, multiplicando el conocimiento de la población. En especial, en nuestra ciudad que es la que contiene a su puerto como uno de sus orgullos.
         
        A la Prefectura Naval Argentina y también a la Armada Argentina con quienes nuestra conexión es indisoluble en el control y vigilancia de nuestro estuario. Y a los demás organismos nacionales como la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación, AFIP, Aduana, SENASA, que garantizan la corrección de todas las operaciones portuarias. Y al Tribunal de Cuentas de la Provincia como vigía permanente de nuestro modelo de administración.
         
    A la Asociación Americana de Autoridades Portuarias y a la Asociación Internacional de Ciudades Puerto, que me honraron con la Presidencia de la Delegación Latinoamericana y con la Vicepresidencia de su Consejo Directivo representando a América Latina, respectivamente. No sólo por mí, sino porque tales distinciones fueron producto del valor de nuestro puerto a nivel internacional y por la excelente capacitación brindada a sus cuadros a lo largo de los años.

A todos los vecinos de Bahía Blanca y, en especial, a todos los vecinos de mi querido Ingeniero White. Siempre digo que ésta sí es una conexión indisoluble porque tenemos el mismo origen y es difícil diferenciar al puerto del pueblo que lo contiene. Hemos tratado siempre de estar presentes dando una mano en la medida de nuestras posibilidades, aún a sabiendas de que nunca alcanzarán frente a todo lo que puede hacer falta.

Párrafo especial de gratitud, e inclusive desde lo personal, merecen las autoridades provinciales. A los gobernadores anteriores que apoyaron y estimularon este modelo de gestión portuaria. En mi caso, y en particular, al Gobernador Daniel Scioli porque me otorgó el honor y la confianza de conducir el Directorio del Consorcio, pero que abonó durante los últimos años con toda convicción y decisión la necesidad de promover y facilitar el desarrollo portuario logrando duplicar la capacidad operativa de los puertos bonaerenses y la recuperación industrial en su territorio.

Al Ministro de Producción, Ciencia y Tecnología, Dr. Cristian Breitenstein, y al Subsecretario de Actividades Portuarias, Dr. Jorge Otharán, porque nos ayudaron y apoyaron siempre. Espero haber estado a la altura de sus expectativas cuando promovieron mi designación y no haberlos defraudado. Con ellos, a todos los funcionarios de sus gabinetes como ayudantes facilitadores de una relación que, tratándose de dos bahienses, fue siempre cercana, predispuesta y valiosísima.

Insisto en mis disculpas si he cometido alguna omisión, pero insisto en que nuestro agradecimiento incluye con absoluta amplitud a todos los que participan o contribuyen a que este puerto siga creciendo y con su prestigio siempre alto.

Lo primero es lo primero

Para finalizar, una visión sobre cómo será, para este puerto, el resto de su vida. Es más sencillo visualizar el futuro en el corto y hasta mediano plazo, porque el largo entra en el terreno de la visión profundamente estratégica, los sueños y las utopías. Pero la verdad es que se esperan tiempos muy buenos y promisorios para el puerto de Bahía.
             
Si por un lado es cierto que en la jerga habitual de los puertos se habla de “Su Majestad: La Carga” y las principales acciones de sus administradores conducen a aumentar sus volúmenes, exportar más, mejorar la velocidad operativa, disminuir los costos; es decir, mejorar la competitividad en todos sus aspectos; por otro lado, también sostenemos que de nada serviría continuar creciendo en las capacidades internas si la carga no llega mejor, más rápido y seguro a los puertos.
         
       Cada día cobra mayor relevancia la función logística de los puertos. Estos ya no son unidades aisladas que sólo esperan la llegada de la carga desde los centros de producción y se desentienden de cómo los productos llegan a quienes los demandan o consumen.

Los puertos son los principales nodos de la red física del transporte marítimo, pero serán competitivos y cumplirán su función siempre y cuando sean capaces de ofrecer al comercio internacional y a las líneas navieras, servicios rápidos, flexibles y seguros. Los puertos modernos deben formar parte de las cadenas logísticas de producción, transporte y distribución, y no desarrollar sus actividades como un eslabón independiente.

La consideración de un puerto desde una perspectiva logística significa que no sólo se deben tener en cuenta las actividades que se desarrollan en el entorno del ámbito portuario, sino también la influencia que estas actividades tienen sobre el transporte anterior y posterior al mismo. La cadena logística no comienza en los puertos. En realidad, comienza en el lugar de producción de la materia prima y va hasta los centros de consumos en los países de destino.

Debemos recuperar nuestro transporte de cabotaje marítimo, por ser más económico y sustentable con el medio ambiente; debemos incrementar nuestro transporte ferroviario y descomprimir el transporte por camiones a largas distancias; debemos mejorar nuestra infraestructura vial construyendo autovías de varios carriles y con accesos especiales a los puertos.

          Vaca Muerta genera muchas expectativas, pero todavía está verde como una fruta a la que le falta madurar. En cambio, estos temas son esenciales ahora! 

Tenemos muy claro que, en una Ciudad-Puerto como Bahía Blanca, este desafío logístico reviste una importancia trascendente donde deben confluir las mejores prácticas asociativas entre la inversión privada y los esfuerzos del estado para acompañarlas.

Pocas ciudades del mundo tienen el privilegio de contar con un puerto y muchas menos contar con uno que sostenga una gestión exitosa durante tantos años como es nuestro caso. Tenemos sobradas razones para seguir sosteniendo, como me gustó bautizar en algún momento, que estamos en presencia de un verdadero Gigante Portuario.

El “Gigante Portuario” está intacto y mirando al futuro con vocación y ambición de ser cada vez más grande e importante, contribuyendo al comercio exterior de la Nación, a dar empleo a mucha gente, y a ser un motor de crecimiento y desarrollo de la ciudad que lo contiene. Es un modelo probado y efectivo de gestión portuaria y hacemos votos para que continúe siempre de esta manera.

Somos una Ciudad Puerto, y el Equipo seguirá trabajando para que Bahía Blanca, la Provincia de Buenos Aires y la Argentina en su conjunto sigan estando orgullosas de nuestro Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca. Por muchísimos años más.

Cr. Hugo Antonio Borelli
Presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca

Publicado en el Suplemento Especial "Un puerto competitivo por donde se lo mire" del diario La Nueva el 1 de setiembre de 2015


sábado, 11 de abril de 2015

La historia de la Ciudad-Puerto está en su propio nombre


Allá lejos en el tiempo, el nombre de Bahía Blanca, dada la profunda y angosta entrada del mar en el continente definiendo un estuario de planicies costeras, se debió a las eflorescencias blancas, salinas, que cubren sus bajas orillas, cuando la marea se retira y el sol evapora la humedad.  No se sabe exactamente quién le dio el nombre, pero tal vez fueron los indígenas, grandes observadores de los accidentes geográficos.

La primera mención en un mapa aparece con la designación de Bahía de los Buenos Cables. También se la denominó como la Bahía de los Bajos Anegados.  Pero ya cuando la gobernación de Buenos Aires tomó la decisión de mandar a crear una nueva ciudad en el sur de la provincia, en las orillas de la “bahía blanca”, se consolida su nombre definitivo.  Y la expedición de Estomba se estableció en la parte occidental del arroyo Napostá, a una legua de la costa, a la que denominaron Puerto de la Esperanza.

La Fortaleza Protectora Argentina era un bastión destinado a sostener tácticamente a la Primera Campaña al Desierto, pero su ubicación la convirtió también en una ciudad marítima o “Ciudad-Puerto”, acompañándola hasta el presente con esa existencia compartida entre la tierra y el mar, y necesariamente comprometida con ambos.

Por eso nos gusta decir que, ya desde su origen, el proyecto de establecer en la Bahía Blanca una estación marítima partía del objetivo estratégico de servir a la defensa nacional y al desarrollo. La visión y la obra de los fundadores es una realidad presente que hoy sigue proyectando futuro desde aquella natural identidad de ciudad-puerto-región con la que fue concebida: “Una Ciudad-Puerto, una Región para desarrollar al País”.

Bahía creció con su puerto, junto a su puerto y desde su puerto. Por eso la integración entre la ciudad y su puerto es una necesidad estratégica ya comprendida en todos los lugares del mundo, y las acciones deben encaminarse a desarrollarla, profundizarla y a hacerla cada vez más estrecha.  Es una visión y un compromiso que hemos asumido hacia el futuro y por el que no debemos claudicar.

Los 187 años de la ciudad encuentran al Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, después de más de veinte años de vida, en plena tarea de llevar adelante algunas acciones concretas que generen espacios de mayor acercamiento de la comunidad a su puerto y su mar. Serán acciones de lo que hemos denominado complementariedad social y de construcción de infraestructura portuaria recreativa que atraigan a los bahienses a visitar sus espacios marítimos. El Balcón al Mar es prueba de ello y es mi orgullo.

Siempre insistiremos en decir que ser una ciudad marítima, y con un puerto exitoso, es un privilegio del que gozan muy pocas ciudades en el mundo.  Es una característica de identidad única que no siempre se aprecia en toda su dimensión. Y es nuestra responsabilidad promover y realizar las obras, acciones y comunicaciones que incrementen ese nexo con la comunidad de pertenencia.

Siempre hemos sostenido que asumimos una actitud colaborativa desde nuestro lugar, pero también mantenemos una vehemente postura demandante que promueva una política de estado que enfrente el mayor desafío que enfrentan las ciudades portuarias en el futuro, cual es la necesidad de fuertes inversiones en infraestructura logística pre portuaria, vial y ferroviaria, para que las cargas lleguen mejor a los puertos, con mayor seguridad y menor impacto sobre las ciudades que los contienen.



Bahía Blanca es una ciudad marítima, con nombre marítimo y con historia y desarrollo marítimo. Y así debe estar instalado en la cultura orgullosa de los bahienses, por las generaciones que lo imaginaron y lo hicieron, por los que tenemos responsabilidades en el presente y por las generaciones futuras que heredarán el compromiso.

Y en ese camino hacia el futuro de nuestra ciudad, mantengamos bien presente en la memoria la historia que nos trajo hasta aquí y hagamos votos sobre el porvenir honrando aquella primera denominación con la que el puerto acompañó a su ciudad que lo contiene, cual es la de Puerto de la Esperanza.

Feliz cumpleaños Bahía: nuestra Ciudad-Puerto!

Cr. Hugo Antonio Borelli
Presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca


martes, 17 de febrero de 2015

Reflexiones sobre la vigilancia remota

Un aporte para la reflexión en 17 tweets
Publicado en Twitter el 16-02-2015




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Un aporte para la reflexión. Sujeto a la consideración de todos, especialmente de expertos. Problema complejo demanda acciones complejas.




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Vale la pena el debate sobre lo que se ha llamado “plan integral”. Indiscutible la necesidad de inclusión social, deporte, contención familiar.






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Pero hay delito estructural (como las drogas) que no se soluciona con este tipo de programas. Porque es esencialmente antisocial.


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Las cámaras son gran aporte, pero el patrullaje preventivo es fundamental. El recurso humano policial debe ser el gran aliado de la sociedad.







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Hasta que las cámaras lleguen a todos los barrios falta. A la larga serán disuasivas, pero tendrán que “espiarnos” a todos en todas partes. 






martes, 7 de mayo de 2013

El gigante portuario



Este es el primer cumpleaños que me toca celebrar como presidente del Consorcio de Gestión y el evento produce en mí sensaciones y emociones muy particulares y personales.  Todas tienen que ver con mi entusiasmo y con evaluar permanentemente el cumplimiento de la responsabilidad que me han confiado el Gobernador y el Ministro de Producción para representar a la provincia de Buenos Aires en su Directorio. Pero es el décimo noveno para una institución que se ha hecho grande por la labor consistente y la capacidad de muchos hombres y mujeres que han trabajado y trabajan desde su creación hasta el presente.

Es una actitud natural, cuando cumplen años las personas o las instituciones, detenerse a efectuar reflexiones sobre el pasado, el presente y el futuro del protagonista de la celebración; y nuestro consorcio autónomo de administración portuaria no sólo no es la excepción a esa actitud sino que otorga sobrados motivos para recordar y reconocer su trayectoria, para enorgullecerse por su realidad actual y para visionar y planear el destino que pretendemos alcance en los tiempos por venir.

Por muchas razones no es una celebración cualquiera; es una invitación colectiva para revalidar el reconocimiento a una institución estratégica y exitosa de nuestra ciudad, la región, la provincia y el país, que está a las puertas de alcanzar sus dos décadas de vida y con una trayectoria que ha colocado a nuestro puerto en notables primeros lugares en América Latina.

Y nada ha sido obra de la casualidad. Detrás de los logros, las búsquedas y las miradas puestas en las visiones hacia el futuro, están las acciones de los hombres que, a lo largo de todo el proceso, pusieron su energía, sus conocimientos y su entrega en ese camino.  Por eso, para celebrar su trayectoria hasta el presente, debemos efectuar los merecidos reconocimientos hacia muchos protagonistas de esta historia.

La trayectoria

Desde la promulgación nacional de la Ley de Actividades Portuarias Nº 24.093 en 1992, con el impulso dado por un bahiense como el Dr. Dámaso Larraburu para su elaboración y sanción en su carácter de diputado nacional, se puso la piedra fundamental para que las provincias, entre ellas nuestra Buenos Aires, comenzaran el proceso de descentralización portuaria. Un año después, el gobierno provincial y sus legisladores dotaron legalmente a este tipo de cogestión público-privada, en la inteligencia que ese formato de cogobierno permitiría un salto enorme de calidad en los desarrollos portuarios.  Así se sanciona la Ley provincial Nº 11.414 creando el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca como entidad de derecho público no estatal para la administración y explotación de la zona portuaria de Bahía Blanca.

De esta manera, nuestro puerto fue el primero, de los mencionados en el artículo 12º de la Ley Nacional, en constituir su ente administrador y, por esa misma razón, se convirtió a partir del 1º de setiembre de 1993 en el primer puerto autónomo de la República Argentina, liderando el proceso de transformación de todo el sistema portuario.

La presencia, en un Directorio de nueve miembros, de un representante provincial que ejerce la presidencia, un representante del municipio, dos de los sectores gremiales del trabajo y cinco de los sectores privados vinculados a la actividad portuaria, generan un equilibrio donde pueden conjugarse y debatirse todos los intereses en juego y, en un proceso de consensos, mantener un rumbo que privilegie el interés común.

                En todos estos años, la institución y la comunidad portuaria que la contiene han crecido vigorosamente sin solución de continuidad y esto ha sido la obra del factor humano. Todos sus presidentes, sus directores, sus gerentes, su personal y todos los trabajadores portuarios han sido los artífices indiscutibles de ese crecimiento que, con la estabilidad generada por sus reglas de juego duraderas, permitieron siempre trazar y ejecutar acciones estratégicas y un modelo de sana administración que consolidó su autofinanciamiento y el respaldo a las grandes inversiones realizadas en su territorio.  El Consorcio nunca dejó de capacitar a su gente y de profesionalizar a sus cuadros, lo que le otorga una enorme fortaleza técnica en su desempeño.  Nuestra tarea, como conductores políticos que deben ejecutar los lineamientos delegados por el gobierno provincial, complementa el mandato de liderar el rumbo y la visión de una actividad de enorme trascendencia para la provincia y el país.

                A todos esos hombres y mujeres que trajeron al Consorcio a lo que es hoy, y que conforman una larga lista de nombres propios, les entregamos nuestro afecto y nuestro mejor reconocimiento por las responsabilidades asumidas y por el deber cumplido.

La actualidad


                Y así llegamos a este presente.  Con su canal de navegación y sus muelles con 45 pies de profundidad se ha convertido en, más que el primero, el único puerto de aguas profundas de la Argentina; y hoy lo encontramos enfrentando el desafío de aumentar su calado, lo que lo mantendrá y acrecentará como puerto de carga de las naves de mayor porte existentes en el mundo, ya no sólo para arribos de completamiento sino directamente para embarques totales.

También califica en el primer lugar del país, exportando el 40% de la producción petroquímica nacional y el 20% de los productos del agro.  Y en estos tiempos, atrayendo cada vez mayor proporción de la producción de soja, un producto extrazona que resultaba impensable hasta hace unos pocos años atrás. Como complemento ineludible, y para estar a la altura de los grandes puertos del mundo, encaró, desde hace algún tiempo, el tráfico de transporte por contenedores con la construcción del muelle multipropósito.

                Y a su éxito operacional y al mejoramiento permanente de su competitividad se agrega un elemento sustancial, en cuanto a los respaldos desde la gestión de gobierno, que nos impulsa y nos estimula: dos bahienses están al frente de los organismos provinciales que nos orientan. El Ministro de Producción, Ciencia y Tecnología, Dr. Cristian Breitenstein y, bajo su órbita, el Subsecretario de Actividades Portuarias, Dr. Jorge Otharán, son los que llevan adelante las políticas trazadas por el gobernador Scioli, con un fortísimo acento en la producción, el aumento de las cadenas de valor, el crecimiento de las exportaciones industriales, el desarrollo de los puertos y el fomento a la radicación de nuevas inversiones en sus territorios. Son hombres que tienen clara y definitivamente arraigada la trayectoria de nuestro puerto y su cercanía nos facilita una interlocución permanente.

                Desde lo operativo, el primer semestre de 2012 muestra un crecimiento en los volúmenes de carga del 16% sobre el mismo semestre del año anterior, con un 28% más particularizando granos y subproductos y 36% más en cargas generales. Alcanzamos un aumento del 9% en la cantidad de buques y un incremento del 20% en aquellos que han llegado para cargas totales en Bahía Blanca. En el mismo período, Ingeniero White ha contribuido en más de 2.700 millones de dólares al comercio exterior de la nación.  Y el mes de Julio de 2012 ha roto marcas alcanzando las casi 3 millones de toneladas, superando en un 32% al mismo mes del año anterior.

                En materia de inversiones en infraestructura y terminales, nos encontramos transitando un tiempo de nuevas realizaciones. Con el complejo industrial ya consolidado en nuestra ciudad, que mantiene un ritmo permanente de actualización, y proyectos de aumento de sus producciones, y a las doce terminales instaladas en nuestro puerto; se está construyendo, a un ritmo incesante, la nueva terminal del proyecto de Potasio Río Colorado. Es una de las mega inversiones más grande realizada en Ingeniero White y que, a partir de su puesta en marcha, agregará en una primera etapa 2,5 millones de toneladas anuales de operación exportando el cloruro de potasio como fertilizante.

                En proceso de gestación contractual con el puerto se encuentra el proyecto de la Termoeléctrica Guillermo Brown que instalará cerca de nuestra ciudad una central de ciclo combinado, construyendo en la zona de Galván una nueva posta de inflamables de última generación que mejorará considerablemente la calidad y velocidad de operación al sector de combustibles líquidos.

                Acaba de ponerse en operaciones la nueva terminal de Dreyfus en la zona de Cangrejales para operar con graneles, pero que en su plan de crecimiento desarrollará en forma combinada con la empresa Moreno plantas para la producción de aceites, harinas y biocombustibles. También las compañías Toepfer, Terminal Bahía Blanca y Noble tienen sus propios proyectos de ampliación e instalación, lo que demandará el uso de nuevos territorios.

                Con estos atributos la consolidación de nuestra zona como polo energético y las ampliaciones de producción, seguramente nuestro puerto de aguas profundas estará en condiciones de superar los 30 millones de toneladas anuales de carga.

                Hay un viejo refrán que dice “nadie es profeta en su tierra”. Pues el Consorcio ha sido una excepción a la sentencia de este dicho ya que ha cosechado, por la eficacia y prolijidad de su gestión, un bien ganado prestigio en la ciudad y la región y cada día se reconoce más la importancia de su impacto económico y social para la comunidad.

                Pero también quiero destacar aquí lo que para mí fue una agradable sorpresa en mi corto tiempo en ejercicio de la presidencia, y un indisimulable sentimiento de orgullo, cual es la valoración que se tiene de nuestro puerto en los ámbitos nacionales e internacionales en los que me ha tocado participar. Al ser presentado en esos foros indicando mi pertenencia, en diversas ocasiones recibí una frase que todo lo sintetiza: “del puerto de Bahía Blanca; ah!, pero eso es palabra mayor”. Nuestro puerto es apreciado como uno de los más importantes de América Latina por sus volúmenes de carga, su eficacia operativa, la competitividad de sus costos, la cantidad de terminales funcionando en su territorio, la profesionalidad de su gente y, por supuesto, por su profundidad. 

Tengámoslo claro y, como ejemplo, miremos lo que ocurre con la obra monumental de ampliación del Canal de Panamá para reconvertirse al paso de los cada vez mayores buques que se construyen en el mundo. El mantenimiento de los calados y la necesidad de cada vez mayor profundidad a través de los dragados son el permanente desafío de todos los grandes puertos del mundo y hacia donde se destinan los volúmenes más grandes de inversiones. Es necesario mirar la película desde la perspectiva global y no desde la óptica de las pequeñas economías domésticas.

Cuando los números se ponen en perspectiva siempre se entienden mejor. Basta con un simple ejemplo: cuando un buque llega a nuestro puerto y se va al día siguiente completando su carga con unas 30.000 toneladas de porotos de soja, produce una venta para el país superior a los 18 millones de dólares. Esta operación individual es superior a lo que muchísimas empresas facturan en todo un año. He aquí una reducción al mínimo de por qué los puertos son tan importantes para un país.

El porvenir

El gobierno nacional ha reconocido desde hace tiempo la importancia estratégica del puerto de Bahía Blanca, y lo ha ratificado últimamente como un punto vital para la generación de inversiones relacionadas con la matriz energética de nuestro país. Y está tomando grandes y auspiciosas decisiones en ese sentido.

Por eso, a partir de esas ventajas estratégicas y la sinergia de su crecimiento constante, este cumpleaños nos encuentra y nos obliga a proyectar el futuro.  El Consorcio se ha propuesto un salto hacia adelante en la competitividad y expansión operativa de nuestro puerto. Lo primero será llevar el calado de los actuales 45 pies a los 50 con marea alta, o 45 pies al cero como se suele decir en la jerga portuaria; sumado a varios ensanchamientos en las zonas de atraque de buques y ampliaciones de los radios de giro de los mismos, con el complemento de ensanchar el ingreso al puerto de Coronel Rosales, dragándolo a 20 pies, y a la Base Naval de Puerto Belgrano.

También continúa invirtiendo en servicios y tecnología porque siempre tuvo claro que este desarrollo tiene que darse en un marco de control, de seguridad, de cuidado del ambiente y de sustentabilidad con los intereses del planeamiento urbano de la ciudad y la armonía con sus vecinos. La planificación urbanística de Bahía, que lleva adelante el gobierno municipal, se propone establecer claramente los espacios para la residencia de los vecinos y los necesarios para la logística y los emplazamientos productivos; pero siempre valorizando nuestro carácter de ciudad marítima que debe recuperar y disfrutar de su mirada hacia el mar.

En este sentido, celebramos la terminación de la primera etapa para la creación del Frente Costero, financiado con aportes provinciales, y comprometemos nuestro acompañamiento y promoción para la continuidad de las obras. Este desafío, que nos pone en el camino de convertirnos en una verdadera Ciudad Puerto, que valorizará nuestro sentido de pertenencia a una ciudad marítima, ocupa un lugar sobresaliente en nuestra visión y decisión.

Otro de los aspectos emblemáticos, lanzados planificadamente a partir de este año, es lograr en el menor tiempo posible la definitiva reconversión de la pesca artesanal en nuestro puerto. Una actividad que -siempre hemos dicho- es preexistente al desarrollo de los puertos en todo el mundo, necesita un plan sistemático para posibilitar que quienes quieran continuar haciendo de ella su modo habitual de vida tengan su espacio y nuevas formas de practicarla de manera moderna y sustentable. No es un proceso simple e inmediato, pero estamos en el buen camino.

El Consorcio de Gestión ha mantenido, a lo largo de su existencia, un programa permanente de Responsabilidad Social y contribuye de diversas maneras con colaboraciones a la comunidad que lo contiene, tanto en temas sociales como educativos y de salud. También es un miembro aportante del Plan Director de Ingeniero White para la realización de obras de infraestructura en la localidad.

Con el fin de dar un salto cualitativo en esta actitud responsable, y que facilite la participación ampliada de otros actores de la comunidad, estamos preparando un proyecto de creación de una fundación portuaria, como existen en otros puertos del mundo, porque la visualizamos como una herramienta adecuada que piense y ejecute estas acciones que siempre deben ser parte de nuestra razón de ser.
Finalmente, también debemos comprometer nuestra gestión permanente en la agenda pública. Solicitar, acompañar y ayudar a las autoridades nacionales, provinciales y municipales para que se concreten las acciones e inversiones en infraestructuras extra portuarias, tanto las logísticas como las relacionadas con recursos básicos como el agua y la energía, que complementen nuestros propios desarrollos.

Hemos sintetizado nuestros planes hacia adentro de nuestro territorio portuario, pero no conseguirían ser un éxito completo si no son complementados con las condiciones para llegar a él.  De qué serviría aumentar nuestra capacidad operativa, la profundidad de nuestro canal para que lleguen buques más grandes, y sumar más terminales si no se tienen las condiciones para que la carga llegue al puerto. Resulta imperativo, y esto como bahienses, pero mucho más como argentinos, invertir en nuevas redes viales y ferroviarias, accesos y nodos de transferencia de cargas y abastecimiento de agua y energía suficientes.

Siempre hemos compartido el pensamiento de las actuales autoridades provinciales que concibe a nuestro estuario como una gran unidad, llamada a ser un enorme y especializado complejo portuario donde cada sector ocupe el mejor rol.  Las cargas graneleras, las postas de combustibles, el transporte por contenedores, la industria agroalimentaria, la actividad pesquera y los astilleros navales pueden tener cada uno su lugar y su propia capacidad de desarrollo.

Bahía Blanca es una Ciudad Puerto Industrial Internacional y, en las vísperas de alcanzar las dos décadas de vida de nuestro Consorcio de Gestión, con la fortaleza y el trabajo dedicado de sus dirigentes y de toda su gente, sumado al de las autoridades que nos acompañan y de una comunidad que nos aprecia, estamos frente a la enorme oportunidad de consolidar, desde esta ciudad y para el mundo, esto que ya todos reconocen como un gigante portuario.

Cr. Hugo Antonio Borelli
Presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca

lunes, 31 de diciembre de 2012

Feliz Año Nuevo



Frente a una Humanidad que enfrenta
una lamentable crisis de valores,
trabajemos por revitalizarlos
en cada acto de nuestra vida,
por nosotros, por nuestra familia
y por toda la sociedad.
Por un 2015…

Que tenga licencia para matar a:

la debilidad
la imprudencia
la indiferencia
la negligencia
la inconstancia
la terquedad
la incomprensión
el desprecio
la envidia
el individualismo
la deslealtad
la traición
el fanatismo
la mentira
la injusticia
el egoísmo
el abandono
la enemistad
la cobardía
el desorden
el caos
la desvergüenza
la pereza
la presunción
la discriminación
el rencor
la desconfianza
la tontería
la violencia
y el odio


Y sea el símbolo de
la presencia y el crecimiento de
Valores Compartidos:


la generosidad
la fortaleza
la sinceridad
el orden
la perseverancia
la laboriosidad
el pudor
la sobriedad
la sociabilidad
la Amistad
el Respeto
la sencillez
el Patriotismo
la prudencia
la flexibilidad
la responsabilidad
la honradez
la comprensión
la Lealtad
la audacia
la humildad
el optimismo
la Justicia
la Verdad
el entendimiento
el juego limpio
el reconocimiento
la igualdad
el reencuentro
la confianza
la Solidaridad
la valentía
la templanza
y el Amor

CUANDO LO IDEAL ES IMPOSIBLE,
LO POSIBLE...ES OBLIGATORIO.

FELIZ AÑO NUEVO

PARA TODOS!

Hugo Antonio Borelli