martes, 26 de julio de 2016

Reconvertir la pesca artesanal no es construir Disneylandia

Necesitan la reconversión para alcanzar una actividad sustentable

Muchas veces sostuve, en especial durante mis funciones en el Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, que la pesca artesanal es una práctica ancestral y anterior a la existencia misma de los puertos. Desde los tiempos en que era practicada como una economía de subsistencia hasta los tiempos actuales en que se realiza con intenciones comerciales y como una fuente de ingresos y de trabajo para muchas personas, algunas de las cuales lo vienen haciendo por generaciones.

Sucede que en los espacios donde se practicaba aparecieron los puertos y, con su desarrollo y expansión, se comenzó a “correr” a los pescadores que ya no podían seguir trabajando en las zonas de captura por donde transitan grandes barcos o se emplazan las terminales portuarias. Y esto es así acá y en todos los puertos del mundo.

En este espíritu se orientó el Programa de Reconversión que pusimos en marcha en 2012 para la pesca artesanal en el estuario de Bahía Blanca. Se trataba de colaborar para que reconvirtieran su actividad a una que pasara de la simple captura y venta al agregado de valor para obtener un mejor precio, a que mejoraran sus “artes de pesca”, se los dotara de un espacio específico y de instalaciones dignas para su trabajo cotidiano.

Se ha hecho muchísimo si se compara con los tiempos donde las situaciones de conflicto social eran moneda corriente. Y todavía falta. Definir nuevas zonas de captura, un plan de manejo sustentable, instalaciones y frío para agregar valor a lo que obtienen del estuario.

Parece que en esto está la gente de la pesca en San Pedro, provincia de Buenos Aires. Reclamando un sector para ubicarse en grupo y desarrollarse. Y se les había prometido un predio donde tiempo atrás, el polémico Max Higgins, en una visita a la localidad, les prometió que invertiría en construir una suerte de “Disneylandia” criolla. Y por supuesto que no cumplió.

A esto se refiere el nuevo presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de San Pedro, Horacio Frangi, cuando dice "Max Higgins he recibido varios. Ya tuvimos uno, y no quiero tener otro". 

Lo cierto es que, en ese predio o en otro alternativo, el reclamo de los pescadores artesanales es justo y es de esperar que también allí, como en otros puertos argentinos, se pongan en marcha programas de reconversión adecuados a la realidad de cada lugar, para respetarles una actividad que da de comer a mucha gente.

No olvidemos que ellos estaban primero.







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