Cuando
uno celebra un cumpleaños, más allá de tener una visión sobre cómo será
el resto de su vida, es inevitable hacer un balance de cómo se llegó a este
presente y agradecer a todos aquéllos que influyeron, ayudaron y fueron
protagonistas de esa historia.
En los últimos tiempos, a través del
uso de las modernas técnicas de comunicación disponibles, incluso las redes
sociales, llevamos adelante sistemáticamente un trabajo permanente de difusión
de los hechos, inversiones y actividades que se producen en nuestro puerto; y
por eso consideramos que “el balance de cómo se llegó a este presente” lo
venimos desarrollando día a día y llegan a nuestra comunidad portuaria, la
ciudad, la región, el país y a nivel internacional donde, como siempre
remarcamos, el prestigio del Puerto de Bahía Blanca es altísimo.
Sólo destacar que, en el marco de su
habitual éxito operacional, hemos agregado en los últimos tiempos una marcada
intensificación de nuestro programa Ciudad Puerto, con la reciente habilitación
del Balcón al Mar, que puso en valor la historia del primer muelle de hierro
que dio origen al puerto; y la próxima inauguración del paseo portuario a lo
largo del mueble Ministro Carranza que son una nueva atracción para acercar a
todos al mar.
Por eso, en este vigésimo segundo
aniversario del Consorcio de Gestión, en lugar de reseñar los logros y resaltar
las virtudes de este modelo de administración, me inclino por dedicarme a
agradecer a los que, durante décadas, han sido los artífices de las bases y
resultados de nuestra institución. No sin antes darme cuenta del riesgo de
cometer alguna omisión involuntaria que, en caso de producirse, ofrezco mis
disculpas por adelantado.
En primer lugar, agradecer a los
responsables del origen fundacional de este modelo de descentralización. Antes de 1992 la administración de todos los puertos del
país se encontraba centralizada en la Administración General de Puertos
Sociedad del Estado. Con fecha 3 de junio de ese año fue sancionada la Ley de
Puertos Nº 24.093, no sólo con el propósito de obtener la descentralización
política y administrativa de los puertos, sino también tratando de obtener un
aumento de la eficiencia operativa de todo el sector y lograr una disminución
de los costos en general. En resumen, obtener una mayor eficacia en la
operación integrada del transporte.
Los principales artífices e impulsores de
esta verdadera revolución en el sistema portuario argentino fueron el entonces
diputado nacional justicialista Dr. Dámaso Larraburu, como presidente de la
Comisión de Transporte de la Cámara de Diputados, acompañado por el senador radical Juan Trilla, el
diputado radical Victorio Bisciotti y el ucedeísta Ignacio García Cuerva. Una
verdadera conjunción de voluntades multipartidaria.
A quince años de sancionada la Ley,
Dámaso decía: “Esta ley ha marcado en la Argentina un
punto de inflexión, y es un modelo en nuestro país de cómo se debe trabajar.
La Ley de Puertos fue distinta al resto
de las privatizaciones de los 90 y es un modelo de gestión participativa con control de todos los sectores
involucrados, públicos y privados. Y eso convirtió al modelo en un éxito total”.
Sancionada la ley, y
producida la transferencia de los puertos a las provincias, se agregan más
bahienses al desarrollo de esta nueva visión. El, hasta entonces Administrador
local de la AGP, don José Egidio Conte, el ingeniero Osvaldo Abitante, uno de
los grandes profesionales que impulsaron los 45 pies de calado, el ingeniero
Valentín Morán, el Dr. Jorge Conti, el entonces Senador Jorge Scoccia desde el Senado de la provincia y otros técnicos y profesionales que, junto
a Larraburu, concibieron las bases para la pronta sanción de la Ley provincial
N° 11.414 que se constituyó en el estatuto fundacional de nuestro Consorcio de
Gestión del Puerto de Bahía Blanca. Bien está decir que en todas estas personas
se encuentran los que podríamos definir como los padres fundadores de este
modelo exitoso que cumple 22 años.
Y con la creación del
Consorcio vino el primer Directorio: José Egidio Conte como primer Presidente y
los Directores Oscar Doria, Carlos Sosa, Andoni Irazusta, Valentín Morán,
Adalberto Thomas, Arturo Hosch, Vicente Andreani y Reinaldo Reiner; quienes
tomaron las primeras decisiones para poner en marcha este formato de
cogestión. Junto a ellos, el personal y
profesionales que se desempeñaban bajo el régimen de AGP, se sumaron a la tarea
y empezaron a perfilar la estructura funcional del Consorcio.
Y con el nuevo modelo vino una explosión de inversiones y un
sostenido crecimiento del comercio exterior. Y llegaron las primeras terminales
y la ocupación del territorio.
Y a través de los 22 años se sucedieron otros a quienes agradecer:
Presidentes como Jorge Scoccia, Hernán Neyra y Jorge Otharán. Y nuevos
Directores como Horacio Ferrández, Antonio Diez, Jorge Cincunegui, Luis
Bottazzi, Jorge Frappoli, Edgar Bosso, Ricardo Kiher y Carlos Moggia.
Y junto con ellos, comenzó
a crecer y capacitarse la planta permanente del Consorcio, que son el alma
operativa del funcionamiento del puerto, desde los niveles gerenciales,
jefaturas y las funciones auxiliares. Son a quienes siempre agradezco y a los
que llamo afectuosamente y con reconocimiento: el Equipo (con mayúsculas).
Y llegando al presente, el
actual Directorio. Mis compañeros de ruta, con los que hemos logrado un excelente equipo
de trabajo, más allá del rol, cumplimiento y defensa de los intereses del
sector que cada uno representa, pero que, ante cada decisión trascendente, han
demostrado plenamente que anteponen los intereses del bien común para el puerto
por sobre las particularidades individuales. Ellos son Francisco Costa, Gustavo
Damiani, Abel Di Meglio, Enrique Fortunato, Agustín Moreno, Marcelo Osores,
Guillermo Puthod y Walter Resumil. Muchísimas gracias porque con esa actitud,
con seguridad, han hecho mucho más sencilla mi tarea como Presidente.
A todo el Equipo,
desde el Gerente General, Valentín Morán, el Gerente de Ingeniería, Miguel
Garelli, a mis asistentes más directos con quienes comparto de cerca nuestro
trabajo cotidiano y a todos y cada uno de los Jefes de Área, supervisores y
personal, que con destacado profesionalismo llevaron, llevan y llevarán
adelante la tarea de éste, el principal puerto de aguas profundas de la
Argentina y uno de los más importantes de Latinoamérica. Por favor, siéntanse
todos nombrados. 65 personas que valen por muchos más. Homenaje especial a
todos los que se han jubilado a lo largo de estos 22 años, por lo que aportaron
y porque siguen cerca del puerto donde trabajaron, aún aquéllos que ya no están
físicamente.
Al Cr. Ernesto
Hernández como auditor externo, la escribana Silvia Suárez Bras, al abogado Sebastián
Scoccia, a los encargados de nuestra concesión de Zona Franca como Martín,
Pablo y Constanza. Al Concejo Consultivo que es nuestra caja de resonancia y el
aporte de otras instituciones que no forman parte del Directorio, para
completar nuestra interacción con la dirigencia de nuestra ciudad. A las
Cámaras de Pescadores que reclamaron, entendieron y acompañan el proceso puesto
en marcha de una reconversión que dignifique y haga sustentable una forma de
vida que transitaba por la informalidad y que demandaba este cambio en el que
continuamos trabajando.
A todos los gremios
que forman parte de la Intersindical Portuaria, por la importancia de su
trabajo cotidiano moviendo todos los engranajes del puerto y por la madurez y
sensatez que siempre han demostrado en la defensa de los intereses de los
trabajadores, con una visión racional sobre un modelo portuario que debe
mantenerse atractivo para quienes invierten siendo dadores de ese trabajo.
A las autoridades y el
personal de todas las empresas que forman parte de la comunidad portuaria
porque cada uno, desde su lugar, conforman la potencia de un puerto que realiza
una gran contribución a las exportaciones de nuestro país, y derraman recursos
sobre una ciudad y región, traduciéndolo en empleos y servicios que consumen y
gastan donde viven.
Al Municipio de Bahía
Blanca, el Concejo Deliberante y los legisladores bahienses y regionales que
ayudan y tienen clara la importancia estratégica de este puerto como factor de
crecimiento y desarrollo. Y a todas Universidades y el IADO que, con su soporte
académico y científico, son nuestra interconsulta permanente en temas de alta
sensibilidad o importancia técnica.
A los medios de
comunicación, locales y nacionales y, en especial, a todos y cada uno de los
periodistas que nos ayudan a difundir, mejorar o corregir nuestra gestión,
multiplicando el conocimiento de la población. En especial, en nuestra ciudad
que es la que contiene a su puerto como uno de sus orgullos.
A la Prefectura Naval
Argentina y también a la Armada Argentina con quienes nuestra conexión es
indisoluble en el control y vigilancia de nuestro estuario. Y a los demás
organismos nacionales como la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la
Nación, AFIP, Aduana, SENASA, que garantizan la corrección de todas las
operaciones portuarias. Y al Tribunal de Cuentas de la Provincia como vigía
permanente de nuestro modelo de administración.
A la Asociación Americana
de Autoridades Portuarias y a la Asociación Internacional de Ciudades Puerto,
que me honraron con la Presidencia de la Delegación Latinoamericana y con la
Vicepresidencia de su Consejo Directivo representando a América Latina,
respectivamente. No sólo por mí, sino porque tales distinciones fueron producto
del valor de nuestro puerto a nivel internacional y por la excelente
capacitación brindada a sus cuadros a lo largo de los años.
A todos los vecinos de Bahía Blanca y,
en especial, a todos los vecinos de mi querido Ingeniero White. Siempre digo
que ésta sí es una conexión indisoluble porque tenemos el mismo origen y es
difícil diferenciar al puerto del pueblo que lo contiene. Hemos tratado siempre
de estar presentes dando una mano en la medida de nuestras posibilidades, aún a
sabiendas de que nunca alcanzarán frente a todo lo que puede hacer falta.
Párrafo especial de gratitud, e
inclusive desde lo personal, merecen las autoridades provinciales. A los
gobernadores anteriores que apoyaron y estimularon este modelo de gestión
portuaria. En mi caso, y en particular, al Gobernador Daniel Scioli porque me
otorgó el honor y la confianza de conducir el Directorio del Consorcio, pero
que abonó durante los últimos años con toda convicción y decisión la necesidad
de promover y facilitar el desarrollo portuario logrando duplicar la capacidad
operativa de los puertos bonaerenses y la recuperación industrial en su
territorio.
Al Ministro de Producción, Ciencia y
Tecnología, Dr. Cristian Breitenstein, y al Subsecretario de Actividades
Portuarias, Dr. Jorge Otharán, porque nos ayudaron y apoyaron siempre. Espero
haber estado a la altura de sus expectativas cuando promovieron mi designación
y no haberlos defraudado. Con ellos, a todos los funcionarios de sus gabinetes
como ayudantes facilitadores de una relación que, tratándose de dos bahienses,
fue siempre cercana, predispuesta y valiosísima.
Insisto en mis disculpas si he cometido
alguna omisión, pero insisto en que nuestro agradecimiento incluye con absoluta
amplitud a todos los que participan o contribuyen a que este puerto siga creciendo
y con su prestigio siempre alto.
Lo primero es lo primero
Para finalizar, una visión sobre cómo será, para este
puerto, el resto de su vida. Es más sencillo visualizar el futuro en el corto y
hasta mediano plazo, porque el largo entra en el terreno de la visión profundamente
estratégica, los sueños y las utopías. Pero la verdad es que se esperan tiempos
muy buenos y promisorios para el puerto de Bahía.
Cada día cobra mayor relevancia la
función logística de los puertos. Estos ya no son unidades aisladas que sólo
esperan la llegada de la carga desde los centros de producción y se
desentienden de cómo los productos llegan a quienes los demandan o consumen.
Los puertos son los principales nodos de la
red física del transporte marítimo, pero serán competitivos y cumplirán su
función siempre y cuando sean capaces de ofrecer al comercio internacional y a
las líneas navieras, servicios rápidos, flexibles y seguros. Los puertos
modernos deben formar parte de las cadenas logísticas de producción, transporte
y distribución, y no desarrollar sus actividades como un eslabón independiente.
La consideración de un puerto desde una
perspectiva logística significa que no sólo se deben tener en cuenta las
actividades que se desarrollan en el entorno del ámbito portuario, sino también
la influencia que estas actividades tienen sobre el transporte anterior y
posterior al mismo. La cadena logística no comienza en los puertos. En
realidad, comienza en el lugar de producción de la materia prima y va hasta los
centros de consumos en los países de destino.
Debemos recuperar nuestro transporte de
cabotaje marítimo, por ser más económico y sustentable con el medio ambiente;
debemos incrementar nuestro transporte ferroviario y descomprimir el transporte
por camiones a largas distancias; debemos mejorar nuestra infraestructura vial
construyendo autovías de varios carriles y con accesos especiales a los
puertos.
Vaca
Muerta genera muchas expectativas, pero todavía está verde como una fruta a la
que le falta madurar. En cambio, estos temas son esenciales ahora!
Tenemos muy claro que, en una Ciudad-Puerto
como Bahía Blanca, este desafío logístico reviste una importancia trascendente
donde deben confluir las mejores prácticas asociativas entre la inversión
privada y los esfuerzos del estado para acompañarlas.
Pocas ciudades del mundo tienen el
privilegio de contar con un puerto y muchas menos contar con uno que sostenga
una gestión exitosa durante tantos años como es nuestro caso. Tenemos sobradas razones para seguir
sosteniendo, como me gustó bautizar en algún momento, que estamos en presencia
de un verdadero Gigante Portuario.
El “Gigante Portuario” está intacto y
mirando al futuro con vocación y ambición de ser cada vez más grande e
importante, contribuyendo al comercio exterior de la Nación, a dar empleo a
mucha gente, y a ser un motor de crecimiento y desarrollo de la ciudad que lo
contiene. Es un modelo probado y efectivo de gestión portuaria y hacemos votos
para que continúe siempre de esta manera.
Somos una Ciudad Puerto, y el Equipo
seguirá trabajando para que Bahía Blanca, la Provincia de Buenos Aires y la
Argentina en su conjunto sigan estando orgullosas de nuestro Consorcio de
Gestión del Puerto de Bahía Blanca. Por muchísimos años más.
Cr.
Hugo Antonio Borelli
Presidente
del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca
Publicado en el Suplemento Especial "Un puerto competitivo por donde se lo mire" del diario La Nueva el 1 de setiembre de 2015